Los problemas crecen para Samsung. La crisis desatada por sus modelos de 'phablet' Galaxy Note 7 que arden de manera inesperada se prolonga en el tiempo y, lo que es peor, se reproduce también sus modelos de sustitución. Por ello, Samsung ha parado la producción.
El gigante tecnológico surcoreano aún no se ha pronunciado al respecto, pero se da por hecho que esta decisión afectará a las ventas de los nuevos modelos de Note 7 en India o Europa que se iban a retomar el próximo 28 de octubre.
La decisión llega después de que varios medios informaran de ocho casos de incendio en aparatos que fueron entregados a consumidores en Corea del Sur, EE.UU. o Taiwán para sustituir modelos ya de por sí afectados por una retirada global que ha incluido 2,5 millones de unidades ante el peligro de que se prendan fuego al cargarlos.
La firma coreana había manifestado que había encontrado el problema y lo había solucionado, pero estos casos ponen de nuevo en aprietos a la compañía.
El representante de este proveedor surcoreano ha asegurado que la parada temporal de la fabricación del "phablet" se ha decidido en cooperación con reguladores de Corea del Sur, Estados Unidos y China. La medida incluye una planta de Samsung en Vietnam que es responsable de los envíos globales del Galaxy Note 7.
Samsung comenzó a vender el teléfono el pasado 19 de agosto pero poco después anunció esta retirada tras informarse de una treintena de casos de incendio en diversos países.
Esta pasada semana dos de los grandes operadores de telefonía móvil en Estados Unidos, AT&T y T-Mobile US, han dejado de vender las nuevas unidades del Note 7 -teóricamente no afectadas por la avería- ante los cinco nuevos casos de incendio que se han reportado en ese país.
Varias estimaciones de analistas han situado el coste hasta ahora de la retirada masiva del Galaxy Note 7 en torno al billón de wones (802 millones de euros/898 millones de dólares).
Quemados mientras se cargan
El pasado 2 de septiembre, Samsung anunció en Seúl que iba a llamar a revisión en todo el mundo los Galay Note 7. Además, reveló que iban a ofrecer a los afectados la posibilidad de sustituir el terminal. En aquel momento, Samsung explicó que se trataba de baterías defectuosas, que según las denuncias se incendiaban durantre la carga del terminal.
El pasado 16 de septiembre, la Comisión para la Seguridad de los Productos del Consumidor de Estados Unidos (CPSC), ordenó la retirada de alrededor de un millón de unidades de este teléfono, asegurando que existían "riesgos graves de incendio y quemadura", y requirió a los usuarios que hubieran comprado este modelo antes del 15 de septiembre que debían dejar de usar y apagarlo de manera "inmediata".
El Galaxy Note 7 es un 'phablet' de bordes curvos con lápiz óptico cuyas principales novedades son la resistencia total al agua y el escáner de iris ocular, y se comercializa desde el pasado 19 de agosto.