En una reunión que tuvo lugar este miércoles por la mañana en la Escuela Secundaria de la UNL, autoridades de la institución analizaron junto al Programa de Género de la Universidad la situación planteada a partir de la utilización de fotografías de alumnas de la institución sin el debido consentimiento.
El encuentro se llevó a cabo dentro de las acciones previstas por el Protocolo de actuación ante situaciones de violencias, que se puso en marcha el año pasado luego de su aprobación por el Consejo Superior de la UNL; y contó con la presencia de la directora de la Escuela Secundaria de la UNL, Nora Ojea; la vicedirectora, María Otarán; la secretaria de Extensión Social y Cultural, Lucila Reyna; la directora del Programa Género, Sociedad y Universidad, Adriana Molina; y el director del Programa de Enseñanza Preuniversitaria, Héctor Odetti. También estuvieron presentes la psicóloga de la institución, Lucila Sastre; y la psicopedagoga, Tatiana Ibáñez.
Desde el Consejo de Enseñanza Preuniversitaria, Odetti informó que una vez conocida la situación se aplicaron los pasos previstos por el protocolo, por lo que “desde la UNL se viene trabajando con la responsabilidad, el respeto y la atención que merece el caso, que involucra a alumnos menores de edad”. En tal sentido, precisó que se tramita un sumario en el área de Asuntos Jurídicos de la Universidad “para determinar las responsabilidades de las personas involucradas”, a la vez que se trabaja de manera interdisciplinaria con el Programa de Género.
La directora Nora Ojea remarcó que “la Escuela Secundaria de la UNL viene trabajando desde sus inicios el buen uso de redes sociales, de las imágenes, y la violencia de género porque son contenidos transversales al diseño curricular”. Y agregó que “son temas que nuestras alumnas y alumnos trabajan en el aula con personas especializadas en esas temáticas y por eso manifestaron esta forma de pensar y actuar frente a lo ocurrido, protegiéndose mutuamente”. Al respecto, puntualizó los espacios de diálogo con que cuentan las y los estudiantes sobre esas temáticas, como los Talleres de Construcción de Ciudadanía y de Identidad Adolescente, la participación en proyectos de extensión sobre redes sociales, educación sexual integral y talleres con especialistas en temas de género.
A partir de lo sucedido, consideró clave “seguir dando una discusión sobre estos temas a nivel social y en las familias”. En el caso particular de lo ocurrido en la Escuela Secundaria, Ojea valoró la posición asumida por las alumnas: “esto surge por la posición que ellas tomaron, de decir “basta”, “no permitimos esto” y en ese sentido las acompañamos. Seguiremos trabajando al interior de la Escuela la mirada del otro, el no juzgar y principalmente la reconstrucción de vínculos que se vieron afectados entre compañeros. Nuestra escuela se funda en esos lazos de diálogo, de comunicación, de respeto hacia el otro y sus sentimientos”.
Educar en la igualdad
Adriana Molina explicó que el Programa de Género se puso a disposición de la Escuela “para colaborar en todas las acciones que se consideren pertinentes, en particular para acompañar a las jóvenes que son víctimas de estas situaciones de violencia, para que sepan que cuentan con un espacio de escucha y reflexión sensible a estas problemáticas sobre las que venimos trabajando”. Y sostuvo que la premisa para el abordaje institucional es “no considerar como naturales ciertas prácticas y situaciones que en realidad conforman diferentes modalidades de la violencia de género, propias de un modelo patriarcal que nos proponemos deconstruir a través de la educación. La UNL está comprometida con una educación que sea igualadora en todo sentido, y en particular en las relaciones de género”. Asimismo, valoró “la actitud que tuvo la Escuela, fundamentalmente de las mujeres pero también de muchos varones, que supieron tomar esto como una práctica que no van a admitir, que no naturalizan. Entendemos que esta respuesta ante la violencia es parte de nuestra época, de cómo interpelan las mujeres jóvenes a los sistemas, a que se sienten más libres y más fuertes; y a la vez, al hecho de que la propia Escuela Secundaria de la UNL tiene Educación Sexual Integral y construcción de ciudadanía dentro de su currícula, y todo eso hizo que se sintieran seguras para manifestar que se han sentido agredidas”.
Siguiendo esta línea de trabajo, la directora del Programa de Género señaló que “vamos a continuar con diferentes acciones en el marco del proceso educativo. Entre otras actividades vamos a realizar un taller dirigido a los varones de la Escuela para que ellos mismos reconozcan este tipo de prácticas, para que deconstruyan e identifiquen los micromachismos; y vamos a proponer a alumnos y alumnas actividades en las que sigamos construyendo y fortaleciendo una educación igualitaria, a través de la escritura y expresiones artísticas”.
Procedimiento
En 2017, el Consejo Superior aprobó el Protocolo General de Acción Institucional para la Prevención e Intervención ante Situaciones de Violencia, en cumplimiento de los principios que plantea el Nuevo Estatuto de la UNL. En ese documento, quedaron comprendidos los actos de violencia, discriminación u hostigamiento en cualquiera de sus modalidades y por cualquier motivo, realizadas o recibidas en el ámbito universitario por parte de estudiantes, docentes y personal de la UNL. En tal sentido, incluye las situaciones que se desarrollen en los espacios físicos de la UNL y sus dependencias o anexos y a través de medios telefónicos, virtuales o de otro tipo.
El procedimiento previsto indica que la Secretaría de Bienestar, Salud y Calidad de Vida es la encargada de recibir las consultas y denuncias. El equipo de profesionales del Programa de Trabajo Social realiza entrevistas, análisis de situación e informes sociales con la orientación y derivación pertinente según la problemática y la articulación con disciplinas afines para el abordaje.
Las consultas y denuncias pueden ser realizadas de manera personal acordando una entrevista por correo electrónico a trabajosocial@unl.edu.ar o acercándose al Programa de Trabajo Social de la Secretaría de Bienestar, Salud y Calidad de Vida; y solicitar entrevista con el trabajador social (Bv. Pellegrini 2750, de 8.30 a 18).
Dependiendo de cada situación, el Programa articulará y abordará cada caso con los abogados de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Universidad y para situaciones relacionadas a Violencia de Genero con el asesoramiento y recomendaciones del Programa de Género, Universidad y Sociedad. También con organismos públicos y/o profesionales privados según corresponda.
A partir de la experiencia alcanzada con la implementación de este protocolo, el Consejo Superior de la UNL analiza un proyecto para abordar situaciones de violencia de género específicamente.
En una reunión que tuvo lugar este miércoles por la mañana en la Escuela Secundaria de la UNL, autoridades de la institución analizaron junto al Programa de Género de la Universidad la situación planteada a partir de la utilización de fotografías de alumnas de la institución sin el debido consentimiento. El encuentro se llevó a cabo dentro de las acciones previstas por el Protocolo de actuación ante situaciones de violencias, que se puso en marcha el año pasado luego de su aprobación por el Consejo Superior de la UNL; y contó con la presencia de la directora de la Escuela Secundaria de la UNL, Nora Ojea; la vicedirectora, María Otarán; la secretaria de Extensión Social y Cultural, Lucila Reyna; la directora del Programa Género, Sociedad y Universidad, Adriana Molina; y el director del Programa de Enseñanza Preuniversitaria, Héctor Odetti. También estuvieron presentes la psicóloga de la institución, Lucila Sastre; y la psicopedagoga, Tatiana Ibáñez.
Desde el Consejo de Enseñanza Preuniversitaria, Odetti informó que una vez conocida la situación se aplicaron los pasos previstos por el protocolo, por lo que “desde la UNL se viene trabajando con la responsabilidad, el respeto y la atención que merece el caso, que involucra a alumnos menores de edad”. En tal sentido, precisó que se tramita un sumario en el área de Asuntos Jurídicos de la Universidad “para determinar las responsabilidades de las personas involucradas”, a la vez que se trabaja de manera interdisciplinaria con el Programa de Género.
La directora Nora Ojea remarcó que “la Escuela Secundaria de la UNL viene trabajando desde sus inicios el buen uso de redes sociales, de las imágenes, y la violencia de género porque son contenidos transversales al diseño curricular”. Y agregó que “son temas que nuestras alumnas y alumnos trabajan en el aula con personas especializadas en esas temáticas y por eso manifestaron esta forma de pensar y actuar frente a lo ocurrido, protegiéndose mutuamente”. Al respecto, puntualizó los espacios de diálogo con que cuentan las y los estudiantes sobre esas temáticas, como los Talleres de Construcción de Ciudadanía y de Identidad Adolescente, la participación en proyectos de extensión sobre redes sociales, educación sexual integral y talleres con especialistas en temas de género.
A partir de lo sucedido, consideró clave “seguir dando una discusión sobre estos temas a nivel social y en las familias”. En el caso particular de lo ocurrido en la Escuela Secundaria, Ojea valoró la posición asumida por las alumnas: “esto surge por la posición que ellas tomaron, de decir “basta”, “no permitimos esto” y en ese sentido las acompañamos. Seguiremos trabajando al interior de la Escuela la mirada del otro, el no juzgar y principalmente la reconstrucción de vínculos que se vieron afectados entre compañeros. Nuestra escuela se funda en esos lazos de diálogo, de comunicación, de respeto hacia el otro y sus sentimientos”.
Educar en la igualdad
Adriana Molina explicó que el Programa de Género se puso a disposición de la Escuela “para colaborar en todas las acciones que se consideren pertinentes, en particular para acompañar a las jóvenes que son víctimas de estas situaciones de violencia, para que sepan que cuentan con un espacio de escucha y reflexión sensible a estas problemáticas sobre las que venimos trabajando”. Y sostuvo que la premisa para el abordaje institucional es “no considerar como naturales ciertas prácticas y situaciones que en realidad conforman diferentes modalidades de la violencia de género, propias de un modelo patriarcal que nos proponemos deconstruir a través de la educación. La UNL está comprometida con una educación que sea igualadora en todo sentido, y en particular en las relaciones de género”. Asimismo, valoró “la actitud que tuvo la Escuela, fundamentalmente de las mujeres pero también de muchos varones, que supieron tomar esto como una práctica que no van a admitir, que no naturalizan. Entendemos que esta respuesta ante la violencia es parte de nuestra época, de cómo interpelan las mujeres jóvenes a los sistemas, a que se sienten más libres y más fuertes; y a la vez, al hecho de que la propia Escuela Secundaria de la UNL tiene Educación Sexual Integral y construcción de ciudadanía dentro de su currícula, y todo eso hizo que se sintieran seguras para manifestar que se han sentido agredidas”.
Siguiendo esta línea de trabajo, la directora del Programa de Género señaló que “vamos a continuar con diferentes acciones en el marco del proceso educativo. Entre otras actividades vamos a realizar un taller dirigido a los varones de la Escuela para que ellos mismos reconozcan este tipo de prácticas, para que deconstruyan e identifiquen los micromachismos; y vamos a proponer a alumnos y alumnas actividades en las que sigamos construyendo y fortaleciendo una educación igualitaria, a través de la escritura y expresiones artísticas”.
Procedimiento
En 2017, el Consejo Superior aprobó el Protocolo General de Acción Institucional para la Prevención e Intervención ante Situaciones de Violencia, en cumplimiento de los principios que plantea el Nuevo Estatuto de la UNL. En ese documento, quedaron comprendidos los actos de violencia, discriminación u hostigamiento en cualquiera de sus modalidades y por cualquier motivo, realizadas o recibidas en el ámbito universitario por parte de estudiantes, docentes y personal de la UNL. En tal sentido, incluye las situaciones que se desarrollen en los espacios físicos de la UNL y sus dependencias o anexos y a través de medios telefónicos, virtuales o de otro tipo.
El procedimiento previsto indica que la Secretaría de Bienestar, Salud y Calidad de Vida es la encargada de recibir las consultas y denuncias. El equipo de profesionales del Programa de Trabajo Social realiza entrevistas, análisis de situación e informes sociales con la orientación y derivación pertinente según la problemática y la articulación con disciplinas afines para el abordaje.
Las consultas y denuncias pueden ser realizadas de manera personal acordando una entrevista por correo electrónico a trabajosocial@unl.edu.ar o acercándose al Programa de Trabajo Social de la Secretaría de Bienestar, Salud y Calidad de Vida; y solicitar entrevista con el trabajador social (Bv. Pellegrini 2750, de 8.30 a 18).
Dependiendo de cada situación, el Programa articulará y abordará cada caso con los abogados de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Universidad y para situaciones relacionadas a Violencia de Genero con el asesoramiento y recomendaciones del Programa de Género, Universidad y Sociedad. También con organismos públicos y/o profesionales privados según corresponda.
A partir de la experiencia alcanzada con la implementación de este protocolo, el Consejo Superior de la UNL analiza un proyecto para abordar situaciones de violencia de género específicamente.