Luego de un mes de preparación para la Fase 2 de la Copa Sudamericana a Colón le había llegado el momento de salir a escena. Esta vez para visitar a River Plate de Uruguay, en el mítico estadio Centenario de Montevideo.
La suerte quiso que en esta etapa del certamen internacional la distancia a recorrer sea muy menor a las anteriores (Barinas, San Pablo, Barranquilla y Lima), con lo cual se esperaba un número muy importante de hinchas sabaleros en el emblemático escenario charrúa.
En cuanto a lo futbolístico, Pablo Lavallén desde que asumió en Colón estuvo demandando tiempo de trabajo, el que no había podido tener debido al trajín de partidos de la última parte de la temporada del fútbol argentino, donde en pocos días tuvo que asumir compromisos de Superliga, Copa de la Superliga, Copa Argentina y Sudamericana.
El tiempo, según sus propias palabras, le serviría para recuperar futbolística y físicamente a un plantel maltrecho por los desaciertos dirigenciales de los últimos meses para definir a los cuerpos técnicos.
Pero la puesta en escena no fue la esperada. Colón fue más de lo mismo en el imponente estadio charrúa, ante un equipo que viene muy mal en el campeonato de ese país. Está claro que el equipo santafesino también fue penúltimo en la Superliga, pero lo concreto es que no se vieron avances importantes en cuanto a lo futbolístico.
A favor del técnico es que le faltaron dos piezas claves como Damián Schmidt y Matías Fritzler, pero el equipo intentó poco, generó a cuentagotas y lo poco que hizo ante el arco de River Plate estuvo generado por arrestos individuales de Gabriel Esparza o por pelotas paradas que complicaron al fondo local.
El empate sin goles deja abierta la eliminatoria, y le entrega el registro al Sabalero de seguir sin recibir goles en el actual certamen, donde hasta aquí derrotó por 3-0 a Municipal en Perú, 2-0 en el Brigadier López y repartió puntos tras terminar 0-0 frente a los Darseneros.
Si se le suma la copa pasada, el Sabalero nunca recibió más de un gol. En la de 2018 venció 2-0 en Barinas y 1-0 en Santa Fe al Zamora FC, mientras que luego derrotó 1-0 a San Pablo en el mítico Morumbí y cayó por 1-0 en el Brigadier López, mientras que en octavos de final cayó 1-0 en Barranquillas ante Junior e igualó 1-1 en el Brigadier López.
Ante el conjunto charrúa el Sabalero sin embargo terminó rescatando un empate que lo deja bien parado para la revancha en tierras santafesinas, ya que en su estadio tiene todo a favor para acceder a los octavos de final. Sin embargo, el cero representa un arma de doble filo, debido a que el gol de visitante tiene una incidencia clave en este tipo de definiciones en las competencias Conmebol.