Se conoció esta tarde la sentencia de la causa penal iniciada contra once acusados por la explosión del edificio de Salta 2141 en Rosario: sólo el gasista Carlos García fue condenado a prisión por cuatro años, mientras que los otros 10 imputados fueron absueltos. Se trata de los responsables de la administración del consorcio y de funcionarios y empleados de Litoral Gas.
El siniestro tuvo lugar el 6 de agosto de 2013, y tuvo como resultado 22 personas muertas y decenas de heridos.
El proceso judicial
A lo largo de las 22 audiencias efectuadas, se escuchó a cerca de 100 testigos, entre los que se contaron peritos, agentes de policía, personal de bomberos y médicos forenses, según indica el diario La Capital. El tribunal estuvo compuesto por los jueces Marcela Canavesio, Carlos Leiva y Rodolfo Zvala.
Los imputados eran 11 y fueron investigados por el delito de estrago culposo agravado por las muertes. La querella había pedido cinco años de prisión efectiva para todos ellos, y la Fiscalía había solicitado lo mismo, pero para nueve de los acusados, dejando afuera al gasista José Luis Allala y al reclamista de Litoral Gas, Gerado Bolaño.
Bolaño acudió al edificio el 25 de julio de 2013, un día después de que una vecina llamó a Litoral Gas para denunciar que tenía problemas de presión del fluido en su departamento. No la encontró, pero detectó fugas en el gabinete del edificio y cortó el servicio.
Allala, en tanto, fue contratado por la administración para reparar esas fugas. Lo hizo el 26 de julio. Ese día era viernes y culminó su labor cerca de las 21.30. Llamó a Litoral Gas para que reconectaran el servicio y se retiró.
En el banquillo de los acusados estaban también los dos reclamistas de Litoral Gas que reconectaron el servicio el 26 de julio, Guillermo Oller y Luis Curaba; el jefe de mantenimiento de redes de la empresa, Claudio Tonucci, y la gerenta técnica de la firma, Viviana Leegstra; además de tres integrantes de la administración del consorcio del edificio, Mariela Calvillo, Norma Bauer y Carlos Repupilli; quienes resultaron absueltos en su totalidad.
Finalmente, el gasista que manipuló el regulador el día de la tragedia, Carlos García, fue el único sentenciado, pero no su ayudante Pablo Miño.