A Maxi Olmos le dispararon para robarle la moto la noche del jueves 19 de septiembre. Dos sujetos en motocicleta lo persiguieron y dispararon contra él una lluvia de balas. Un proyectil le atravesó la zona inguinal. Ya en el suelo e indefenso, recibió otros cuatro balazos. Los delincuentes huyeron llevándose su moto y dejando tendido en el suelo al joven que murió allí.
Dos meses más tarde, una investigación por el robo de motos permitió dar con los presuntos autores del crimen.
Es que el 26 de septiembre, a poco de ocurrido el homicidio de Maximiliano Olmos, la policía desbarató una banda dedicada al robo de motocicletas. Entre los detenidos había dos integrantes de la gavilla que, luego, se determinaría que podían ser los responsables del asesinato.
Un paso en falso llevó a que C.H.M. (19) y J.I.N. (24) terminaran este martes imputados como coautores de homicidio calificado por alevosía, delito que contempla la prisión perpetua.
Indefenso
La fiscal Rosana Marcolín relató los hechos que llevaron a la imputación de estos dos sujetos y la aberrante ejecución de Olmos: “Maxi Olmos era perseguido en una motocicleta. El venía en una moto Honda Tornado. Cuando se da cuenta que era perseguido acelera la marcha (se ve en las cámaras de seguridad). Venía por Facundo Zuviría y toma por Domingo Silva donde gira en U. Empiezan los tiros por calle Domingo Silva; cuando llega a pasaje Larramendi tiene que frenar la marcha porque venía un vehículo. Cuando frena es alcanzado por la otra motocicleta, recibe un disparo en la zona inguinal, estando indefenso le propinan otros cuatro disparos”, relató Marcolín.
La fiscal precisó que estas dos personas “ya están imputados por participar de varios hechos delictivos y ser los organizadores de una asociación ilícita” dedicada al robo de motos.
Paso en falso
La justicia buscó durante varias semanas testigos que pudieran aportar datos sobre los posibles autores del crimen, ya que uno de ellos iba con casco al momento del hecho y el otro llevaba una capucha. Esto hacía difícil poder identificar sus rostros.
Sin embargo, tras caer presos por la otra causa, los pesquisas pudieron peritar los teléfonos celulares de los sujetos. Una llamada ubica a uno de los delincuentes en el lugar del crimen.
“Tenemos un impacto de una llamada en el teléfono de uno de los imputados. (El crimen) ocurrió a las 20,43; y a las 20,40 y 21 segundos impacta un llamado que localiza la antena del celular en un radio que es triangular de aproximadamente 8 cuadras por 7 cuadras. Esa llamada lo pone al imputado en el lugar del hecho” detalló la fiscal.
También los testigos pudieron identificar la moto en la que se conducían los asesinos, la cual era exhibida por los mismos sujetos en sus redes sociales.
“Se mostraban en las redes sociales con la moto con la que habrían cometido el crimen”, agregó.