Elena Morini tiene 83 años y desde los 75 toca la batería. Hace una semana se presentó junto a los compañeros de academia frente a unas 100 personas en un reconocido pub local. Lo que alguna vez había sido un sueño se hizo realidad. Cosechó aplausos y sus ojos brillosos y la sonrisa plena lo decían todo: había logrado un objetivo.
“Un día te despertás y algo te dice que tenés que hacer eso que tanto quisiste en tu vida y no te animaste o no le diste tiempo” explica Elena a los micrófonos de LT10.
“La vida me llevó por muchos caminos pero cuando cumplí 75 me di cuenta que quería tocar la batería. Siempre a lo largo de mi vida estuve rodeada de música y músicos pero el exilio, el trabajo, la familia y demás, hicieron que ese sueño se postergue. Pero un día me animé y con el apoyo de toda mi familia pude hacerlo".
Elena es Italiana. Nació en Venecia y a los 12 años quedó huérfana. Llegó a la Argentina cuando tenía 14 como lo hicieron miles de inmigrantes. Luego, creció, su familia fundó una empresa y se casó y tuvo hijos en su lugar de residencia que fue Santa Fe.
“Yo quiero ser baterista”
La idea siempre estuvo en su mente pero tenía que ver cómo la llevaba a cabo. Así fue que empezó a preguntar cómo hacer y qué era lo que necesitaba para ser baterista. Al principio se lo comentó a unos pocos. Luego el tema fue creciendo y el apoyo de su familia fue fundamental para tener el empuje necesario y lograr su sueño.
Un día preparó sus cosas, se animó y encaró con todo. Así fue que dio con el baterista Lucas Negretti. Al principio, el el profesor se vio “sorprendido” pero en ningún momento dudó del gran desafío. Así fue que comenzaron a trabajar juntos, a agarrar los palillos, sentir los golpes y buscar un sonido. Todo fluía. Iba como un tren. Tal es así que el amor por el instrumento los unió tanto que en cada presentación de Elena, Negretti está al lado de ella ayudándola para que todo salga bien.
“La música es mi pasión y mi descarga y poder tocarla es mucho mejor. Es lo que, en algún momento del día, me hace falta. Vengo de una familia de músicos y en mi casa en Italia siempre había música. Después, las obligaciones y otros temas hacen que uno la deje de lado. Poder reencontrarme con ella de esta manera es algo hermoso”, afirmó la “batera”.
Hace una semana Elena tuvo su primera presentación en público. Sin que le tiemble el pulso se sentó ante los parches e interpretó con sus compañeros de academia Knocking on Heaven´s Door de Bob Dylan. Los presentes quedaron boquiabiertos y los aplausos llegaron desde la multitud cuando terminó el tema. “Ahora a fin de año toco de nuevo” explicó, aunque decidió guardar como una sorpresa los temas que interpretará.
—"Si los chicos te dicen 'Elena, tenemos una presentación pero es a las 3 de la mañana'... ¿qué hacés?"
—"¡Me levanto y voy!"