Cincuenta y dos días pasó Héctor luchando contra el coronavirus en la Terapia Intensiva del Hospital de alta complejidad de Venado Tuerto, hasta que finalmente el jueves recibió el alta médica con una emocionante ovación por parte del personal de salud que lo cuidó durante su internación.
"Es un héroe, él y los médicos le ganaron al coronavirus", dice su esposa Adriana, que toma la posta en la comunicación telefónica con "De 10" porque el hombre, recientemente recuperado, todavía se emociona mucho al hablar sobre la batalla que le dio a la enfermedad.
"Tiene 63 años, pero es un deportista. Todas las mañanas se levantaba a bicicletear 18 kilómetros de ida y 18 de vuelta, y a la tarde sale a caminar una hora. Su estado físico es intachable y no tiene ninguna otra enfermedad. Nunca fumó, tiene los pulmones impecables, buena musculatura y buena salud", cuenta orgullosa Adriana, a quien los médicos le dijeron que el gran estado físico de Héctor "ayudó mucho" en su recuperación.
Tanto ella como él se contagiaron coronavirus durante un viaje a Ushuaia, que interrumpieron tras cinco días para volver a su casa en la localidad de Elortondo el pasado 19 de marzo, día en que comenzó el aislamiento preventivo en el país. Al llegar, decidieron ponerse en cuarentena por las dudas, y a los pocos días ambos empezaron con síntomas: "Lo mío fue leve, como una gripe, pero lo de él se agravó y lo tuvieron que trasladar a Venado Tuerto", detalla Adriana.
Mientras, ella debió quedarse en su casa, aislada, sin tener contacto con nadie, hasta que su testeo finalmente dio negativo, 30 días después de contraer la enfermedad. "No tuve miedo, estuve angustiada y preocupada, pero deposité toda mi confianza en Dios", indica la mujer que pasó todo ese tiempo de aislamiento sin ver las noticias, sólo pintando y mirando series.
Héctor fue trasladado e ingresó directamente a terapia intensiva, donde estuvo en coma farmacológico durante muchos días debido a la gravedad del cuadro. Luego despertó y empezó a movilizarse pero no podía hablar. Le faltaba un poco de motivación para terminar de recuperarse: "Cuando empezó a tener contacto con nosotras por videollamada cambió la actitud, empezó a componerse y se recuperó bastante rápido, tanto que los médicos se sorprendieron".
Así fue como, recién un día antes del alta, Héctor pudo reencontrarse nuevamente con su familia y fundirse en un abrazo que, como dice Adriana, "no tiene precio, no se paga con nada". "Fue muy emocionante y estamos muy agradecidos porque lo han tratado muy bien en el hospital. Los médicos hicieron lo imposible por salvarle la vida. Hizo amigos ahí adentro".
Ahora, Héctor está de vuelta en su casa y, rodeado de afectos y cuidados, continúa esa recuperación que no es sólo física, sino también sentimental: "Está muy emocionado, llora todo el día. Siempre se emociona, pero ahora está potenciado", afirma su esposa. Y no es para menos: fue el paciente más grave en toda la provincia, y venció al coronavirus.