Faltaban pocos minutos para que Omar Perotti participara de un acto en inmediaciones del desagüe Espora, desde donde dialogaría con el presidente Alberto Fernández sobre las obras retomadas en el lugar.
Ese breve tiempo fue suficiente para que una vecina se acercara al gobernador, y casi entre lágrimas, le reclamara con profunda impotencia que se termine la restricción de actividades en la ciudad.
"Yo necesito salir a trabajar", le rogó la mujer al mandatario. E indignada, le reprochó: "Yo los voté y no me representa ninguno. Y no es así".
"Me tiemblan las piernas de la bronca que tengo", continuó, ante la mirada evidentemente incómoda de todos los presentes.
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