Salir a correr en ayuna es posible, pero no recomendable. Si tomás un desayuno como corresponde resultará muy positivo para tu rendimiento físico y la recuperación posterior. La finalidad será brindar energía para retrasar la fatiga durante el entrenamiento, y también, facilitar la recuperación post esfuerzo físico.
Eso sí, no se puede ingerir cualquier alimento. La comida antes de correr debe ofrecer energía de forma gradual con alimentos de calidad, de manera que no experimentes un pico de glucosa y una posterior hipoglucemia reactiva (caída brusca de la glucosa), sino que obtengas la energía que necesitás a medida que avanza el esfuerzo físico.
Además debe potenciar la hidratación del organismo, para que tampoco bajen los niveles de líquido en el cuerpo al hacer ejercicios, algo que también será favorable en la recuperación post esfuerzo. Otra de la recomendaciones es elegir alimentos que comas habitualmente, para que así el cuerpo pueda procesarlo de manera normal.
Primero, hay que tener en cuenta que previo al entrenamiento se debe reducir al máximo el consumo de azúcar y priorizar alimentos fuente de hidratos complejos, que se asimilan lentamente. Podés optar por cereales y derivados, sobre todo integrales si estás acostumbrados a ellos, pseudocereales como la quinoa o el amaranto o bien, frutas y verduras diversas ya sea frescas o cocidas que resultan excelentes fuentes de energía de calidad.
Mientras que para prevalecer la hidratación, lo ideal sería elegir alimentos ricos en agua y en vitaminas y minerales como frutas y verduras, leche, huevo y acompañar platos que lo incluyan con agua.
Por otra parte, comer ingredientes que hagan más lento el proceso digestivo como proteínas, grasa y fibra, reducirán la curva de glucosa en el organismo, por lo que también son permitidos. También se puede incluir cantidades pequeñas de frutos secos y semillas, o legumbres.
El desayuno debe culminarse al menos unos 30 o 40 minutos antes de comenzar el movimiento.