Hace algunas semanas se anunció la llegada de test “Caseros” de COVID a las farmacias, que permitiría a cualquier ciudadano poder testearse y hacer una prueba para ver si es positivo sin la necesidad de consultar a un centro de testeo o algún profesional de la salud que lo realice.
Si bien se anunció que las farmacias tendrían estas pruebas a finales de enero, desde el Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe reconocieron que se estima que se tardará hasta mediados de febrero y desconocen el costo.
Diferentes instituciones se mostraron preocupados por este tema por las preguntas que surgieron ¿cualquier persona puede realizarse el teste? ¿son confiables?
Mario Osti, Presidente de la Federación de Bioquímicos de Santa Fe, habló por LT10 y comentó que “desde las autoridades tratan de establecer una diferencia entre los test que van a vender las farmacias y los test rápidos que son los que usamos los profesionales en los laboratorios”, y agrega “la verdad que el principio técnico por el que funcionan los test es el mismo”.
Para Osti la gran diferencia está en la toma de muestra y puntualiza que en el caso de los autotest que el hisopo es menor y la muestra nasal. Su preocupación es que la calidad de la muestra que se puede tomar es mucho menor a la de los testeos profesionales.
Otra de las preocupaciones de los profesionales es “como se va a llevar a cabo la tarea de informar al sistema sisa quienes son los que están padeciendo la patología o no”, explica Osti. En sentido, se plantea que nadie puede garantizar que el testeo lo realizó la persona que lo compró y como lo usó.
Por otro lado explica Osti que en la resolución se explica que “si da positivo debe clasificarse como probable COVID y debe confirmarse el resultado. Y si da negativo, se da como negativo no calificado”, por lo cual no es concluyente y queda en cada provincia si lo toma como valido o no.