La inundación de 2003 dejó marcas en cada ciudadano de Santa Fe. Y también en cada institución. Entre ellas, en la Universidad Nacional del Litoral, que en medio de la impericia gubernamental asumió un papel preponderante en el peor momento de la catástrofe.
“Todos recordamos el 29 de abril de 2003”, sostuvo por LT10 la secretaria de Extensión y Cultura de la UNL, Lucila Reyna.
“A mí me tocó puntualmente ser estudiante en ese momento y recuerdo muy bien el rol que tuvo la Federación Universitaria del Litoral en el voluntariado”, rememoró en diálogo con LT10. En la misma línea, remarcó “el rol institucional que cumplió la Universidad”, la cual “se puso a gestionar la catástrofe: la ayuda, la colaboración”.
“Fueron momentos muy importantes para la Universidad, que se transformó en un centro de evacuados, pero también en un centro de logística muy ágil y responsable, con un Estado realmente deficitario en su rol, no solo por las responsabilidades que le cupieron sobre la inundación concretamente, sino por cómo se afrontó” la misma.
Reyna hizo especial hincapié en el sistema de carga que se elaboró en ese entonces para que los santafesinos que estaban evacuados en distintos centros se encontraran entre sí. “Había una forma de registro que el Estado no tenía” y que fue organizada por la casa de altos estudios.
“Nosotros tenemos un deber como universidad pública” de tener compromiso y estar preparados para este tipo de hechos, evaluó la secretaria de Extensión, y cerró: “aprender, ser resiliente, es algo que impacta en la educación y la formación”.