El 20 de abril pasado, Daniel Capeletti dejó su casa en Córdoba Capital para completar caminando nada menos que 500 kilómetros y llegar a Wheelwright, en el departamento General López. El motivo, es su cumpleaños 70 el próximo sábado 7 de mayo y el deseo de encontrarse con su hermana y sus 6 hijos a quien vio pocas veces en su vida.
Según cuenta en sus redes sociales Daniel, nunca compartieron una reunión con toda la familia junta e incluso de sus amigos de la infancia, solo queda el recuerdo. "Jamás sentí una sensación de libertad tan grande como cuando decidí salir a caminar”, cuenta el hombre en sus redes quien viene compartiendo el día a día de su recorrido en Facebook.
Capeletti, que es nacido en Wheelwright, contó a medios del interior de Córdoba que al recorrer tanta distancia a pie, se alegra en simultáneo porque va a ver a sus hijos juntos por primera vez y que para él es una “felicidad unir a todos en esta historia”. “Mas allá que espero el recibimiento, en el fondo siempre estoy pensando en ver a mis 6 hijos unidos, porque nunca los vi por distancia. Son hijos de distintas madres y se están vinculando recién ahora. Esto los metió en un mismo grupo y eso me hace muy feliz”.
Recuerda que el primer día de la travesía, llegando a Río Segundo, lo agarró una tormenta con caída de piedra y que pudo refugiarse casualmente en la puerta de un hotel. “Cada paso que hago voy mirando mis zapatillas y eso me da fuerza, me incentivo”, cuenta mientras saca de su bolsa un calzado maltratado por el paso de los kilómetros y donde se ven escritos a mano el nombre de sus seres queridos.
Estima hacer noche previa en Melincué y llegar entre las 16 y 17 horas de la tarde del sábado a la casa de su hermana: “Tuvimos una relación distante por el ritmo de vida de cada uno y los kilómetros en el medio. A lo largo de la vida, nos vimos un par de veces en Córdoba y otras tantas en Wheelwright”, agrega.
Daniel, que se fue a los 20 años del pueblo, remarca que se enteraba por televisión, luego por las redes y ahora por Whatsapp de lo que iba pasando en su pueblo. “Nunca es tarde, por eso vine a decirles chau. Siento una sensación de felicidad y libertad tan grande cuando camino. Por eso les digo que salgan, caminen, porque nos falta ser más sociables. Yo necesito tanto el abrazo de los pibes., que me hicieron tanta falta a lo largo de mi vida. Voy a llegar tarde, pero voy a llegar", cerró.