La medicina del comportamiento considera que los factores mentales y emocionales tienen efectos en la salud física y en la capacidad de recuperación de enfermedades y lesiones. Los tratamientos médicos, necesitan ser complementados con tratamientos que faciliten el aprendizaje del autocuidado de la salud para que la persona pueda asumir un rol activo.
El problema del estrés, como uno de los factores desencadenantes de enfermedad, requiere de ese rol de autocuidado para poder enfrentarlo como esa “catástrofe total que es nuestra vida” expresado de este modo por Jon Kabat Zinn. Esto implica asumirlo como lo más humano para poder gobernarlo.
“La práctica de mindfulness nos ofrece la posibilidad de desarrollar la atención plena para poder gobernar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón, como totalidad que somos. Mindfulness es un recurso avalado científicamente por 55 años de investigación y más de 16000 estudios realizados”, explicó a Infobae la licenciada María Cristina Diaz.
La meditación de la atención plena es tomada del budismo, pero su esencia es universal, porque es una capacidad que todos tenemos e implica una forma determinada de prestar atención para mirarnos internamente, auto comprendernos y sanarnos.
Esta forma especial de prestar atención necesita de actitudes presentes:
Algunas preguntas que podemos realizarnos diariamente:
1. ¿Estoy presente en el presente?
2. ¿Soy consciente de estar respirando en este momento?
3. ¿Cómo está la mente? ¿Serena? ¿Apurada? ¿Inquieta? ¿Aburrida? ¿Complicada? o…
4. ¿Cómo está mi corazón, qué emociones estoy sintiendo?
5. ¿Está la mente donde está el cuerpo?
6. ¿Escucho mi cuerpo, lo vivo dentro de mis posibilidades reales y desde mis limites?
7. ¿Puedo reconocer los mensajes del cuerpo?