El supuesto jefe de los vendedores de algodón de azúcar conocidos como "los copitos", Gabriel Carrizo, detenido como presunto partícipe del intento de magnicidio contra la vicepresidenta, Cristina Kirchner, continuará detenido, resolvió este martes la Cámara Federal porteña.
El tribunal de alzada rechazó la apelación presentada por la defensa de Carrizo contra la decisión que ya le había denegado en primera instancia la recuperación de la libertad.
Según la Cámara, la investigación "se halla en una etapa de recolección de prueba que debe ser asegurada a los efectos de evitar cualquier posible entorpecimiento (se encuentra pendiente el resultado de diferentes medidas de prueba ordenadas: peritajes de teléfonos, entrecruzamiento de llamados, entre otras)".
"Por el momento resultan razonables los peligros procesales que impedirían acceder a liberación solicitada", resumieron los jueces Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia.
"En el acotado margen de esta incidencia, se tiene en cuenta el hecho de que pudieran existir personas vinculadas a la encuesta, que aún no fueron habidas, lo que permite presumir que en caso de recuperar su libertad, Carrizo podría alertar sobre el curso de la pesquisa", subrayaron.
Durante una audiencia pública que se extendió durante poco más de una hora en los tribunales de Comodoro Py 2002, la defensa de Carrizo había sostenido este mediodía que el imputado "estuvo siempre a derecho y colaboró con la investigación desde el primer momento".
El abogado Gastón Marano reclamó que, ante una eventual respuesta negativa del tribunal, se contemple la posibilidad de una prisión domiciliaria o una libertad controlada mediante monitoreo por tobillera electrónica.
La Cámara deberá tratar ese planteo como un incidente aparte, pero manteniendo su resolución de este martes de rechazar la excarcelación.
La querella que representa a Cristina Kirchner se opuso a la excarcelación porque consideró que persisten los riesgos procesales de que en libertad, Carrizo obstaculice la investigación.
Carrizo, quien asistió a la audiencia por videoconferencia desde el penal de Marcos Paz, obtuvo hoy autorización para mantener contacto por videollamadas con su familia, especialmente con un hermano que padece una discapacidad que le dificulta el traslado hacia el penal federal bonaerense.
La defensa de Carrizo había enfatizado que el detenido colaboró en la investigación, se presentó espontáneamente en calidad de testigo para aportar lo que sabía en relación con el intento de homicidio de la vicepresidenta y sólo brindó colaboración a la también detenida Brenda Uliarte hasta que supo el rol real que le cupo en el ataque.