A Diego Polenta y a Nacional solo los separa una firma. Ya hubo una conversación de buena voluntad entre ambas partes y solo resta arreglar el aspecto formal. Por lo demás, será confirmado como la cuarta alta.
El Patrón, que aprovechó para pasar los últimos días en Cerro Largo, está sin fútbol desde octubre cuando tomó la decisión de irse de Unión por deudas en el pago de su préstamo. Allí jugó 38 partidos en el último año, incluido dos por Copa Sudamericana frente a Nacional.
Desde la dirigencia tricolor entienden que un futbolista de su linaje puede aportar experiencia y buenas salidas, además de complementarse muy bien con dos jugadores veloces como Camilo Cándido y Leandro Lozano. Dicen que “cuanto antes” se incorpore para entrenar, “mejor”, porque recuperará pronto el tiempo perdido en estos meses.
Pero su vuelta, lejos de generar consenso en los hinchas, provoca incertidumbre entre algunos grupos. Hay quienes aseguran que, por su habilidad con la pelota, Polenta será una garantía para salir jugando desde el fondo. Sin embargo, otros abren un manto de dudas acerca de su edad (30 años) y su capacidad física para perseguir a delanteros que piquen en punta.
Esta última lectura se aferra al reciente pasaje que tuvo el zaguero por Nacional -en 2021- cuando demostró estar en una baja forma física. La primera visión, en cambio, recuerda con buenos ojos el primer ciclo de Polenta por los tricolores (2014-2018) y sostiene que si se afianzó como titular en el fútbol argentino el año pasado, no tendría mayores problemas en hacerlo en el uruguayo.
El excapitán fue dos veces Campeón Uruguayo con Nacional y jugó un total de 150 partidos en la institución tricolor, entre los que ganó 90 y empató y perdió 30. En ese lapso convirtió 10 goles (dos de ellos de penal) y se enfrentó a Peñarol en un total de 11 oportunidades.
Una de las particularidades del defensa es que justamente marcó la mitad de sus goles frente a su rival clásico, con el que mantiene un historial de tres triunfos, seis empates y dos derrotas.