El gobernador Omar Perotti admitió que la situación de violencia que atraviesa Rosario y que se evidencia por las balaceras a escuelas, comisarías y comercios es una foto que no le gusta, pero es la cruda realidad.
"Utilizan estos hechos, tales como balear una escuela o una comisaría, para llevar la atención de todos los medios para enviarle mensajes a otros actores del barrio, otras bandas, reclamos en el esquema penitenciario, un fiscal o la misma Justicia", le dijo el mandatario provincial a un medio rosarino desde la sede local de la Gobernación.
Y aseguró: "Es una foto que no nos gusta, pero es lo que pasa y el problema está puesto sobre la mesa de la manera más cruda".
Perotti atribuyó los atentados a "la tensión entre distintas bandas vinculadas al narcotráfico", pero también a "otros hechos, que son propios de situaciones económicas difíciles, de procesos de crisis y de ciertos límites que se pasan en la audacia y los riesgos que se toman por los efectos del consumos de sustancias".
"Hay instituciones que eran intocables", recordó, y aseguró que su gestión está tomando "una actitud diferente" e "invirtiendo en todo el sistema de videovigilancia".