De la mano de Sebastián Méndez, Unión encontró la tranquilidad que tanto le era esquiva. Le llevó más tiempo del deseado, pero paulatinamente fueron llegando los resultados positivos. Plantó un sistema y lo mantiene junto a la base. En este sentido, también está pendiente de los demás jugadores para formar un grupo unido.
En este sentido, el empresario y representante de Junior Marabel, Carlos Caprogrosso, dio detalles en charla con Diez en Deportes de su evolución tras caer en un pozo emocional: "Junior está bien. Podrán ver que concentró. Algo que hablé con Sebastián para ver si lo podía llevar al banco, más allá de que la otra vez tenía cargado los aductores. En lo anímico está bastante recuperado después de un bajón anímico por un monto de situaciones. Se le juntaron muchas cosas desde que llegó a Unión. Estamos trabajando para recuperarlo anímicamente y quedar en condiciones para estar a la altura".
Luego, dejó su impresión por la evolución del equipo, siendo crítico de Gustavo Munúa: "Llevó 26 años como empresario. El fútbol es el eje de mi vida. Primero con los cortos jugando y luego como empresario. Antes que nada, no puedo hablar ni bien ni mal, porque nunca hablé ni tuve trato con él. No lo conozco personalmente. A lo mejor lo que puedo esgrimir es una opinión de fútbol. No puedo hablar de otra cosa ni de lo que hizo en otro club, solo de su paso por Unión. No creo que su gestión haya sido buena y Unión ahora está pagando los platos rotos de ese proceso. Gallego está haciendo un gran trabajo y los jugadores lucen recuperados en todo sentido. Ante la debacle de perder tantos puntos, con un técnico que no quiso dar un paso al costado, ahora la cosa es otra. De a poco se va sacando el barco adelante. Un proceso que inevitablemente tiene que transcurrir. Unión como institución no se merecía estar así".
Su aprecio por el Tate
Luego, contó: "Durante mi carrera como jugador, que fue muy corta, viví emociones buenas y malas. Me pasó en varios clubes vivir cosas lindas con jugadores y entrenadores y en Unión por ejemplo hace años, me tocó disfrutar un pasaje muy lindo, donde me tocó armar un plantel con Kudelka como técnico, logrando un ascenso. Y después mantenerlo en primera. Como todo en la vida tiene un principio y fin, tuvimos que dar un paso al costado. Le tengo mucho cariño a Unión. A partir de todo eso quedó el afecto. Unión es algo especial para mí".
En la semana se conoció que Independiente tendría en la mira a Franco Calderón y Capogrosso trató de describirlo: "Lo que puedo decir es una opinión del fútbol. Tantos años estando en esto se aprenden cosas. Es un futbolista muy bueno y me gusta como juega. Quizás en su momento el entrenador de turno pifió en la elección de su acompañante de zaga. Hoy lo vemos en un gran momento. En vez de seguir la carrera evolutiva se le puso al lado uno que lo hizo retroceder. Con Corvalán al lado ahora se complementa. Me saco el sombrero con Claudio y se ganó la cinta de capitán. Son de los que juegan con el corazón. Calderón y Corvalán juegan a lo mismo".
Posteriormente, elogió al actual entrenador rojiblanco: "La llegada de Méndez fue fundamental. Primero apuntando a lo grupal y después a lo deportivo. Es un tipo muy humano, que habla mucho con los jugadores y se ocupa de los problemas para que estén lo mejor posible. Hoy ves un Unión diferente, que intentar jugar, que es ordenado y juega de frente. El otro mérito del técnico es juntar jugadores con las mismas características y que tengan el funcionamiento adecuado. Unión tiene identidad, sabe a lo que juega y va al frente. Conoce sus limitaciones también, que es otro mérito del entrenador".
Un quiebre
Volviendo a ciclo con Munúa, enfatizó: "Unión era un equipo defensivo, que esperaba demasiado detrás de la mitad de cancha y era largo. En el caso de Junior Marabel, que es de quien me compete hablar, por momentos parecía un atleta que solo corría a los defensores. Era un fútbol predecible y cuando no se sabía la idea del técnico tuvo sus frutos, pero con el tiempo dejó de funcionar. Cuando se terminó el inflador psicológico los resultados no fueron los mejores".
"El proceso de Munúa fue malo. Pasó por tres partes: la buena, luego la nebulosa y la renovación del contrato, donde cambió de esquema y todo fue paupérrimo. Por eso recalco la buena lectura de Gallego", agregó.
En el final, dijo: "El fútbol son emociones. Es muy complicado ponerse en la piel del hincha, porque vivimos en Argentina, donde la sociedad no está bien y la plata no alcanza. La gente hace malabares para vivir y cuando va a la cancha, porque paga una entrada, cree que puede ser un energúmeno y putear a todos. Una descarga que parece ser un derecho adquirido y no es así. Sobre todo, en este momento de Unión con muchos jóvenes. Los pibes ganan partidos y no campeonatos, por lo que hay que llevarlos de a poco. No se los puede cargar de responsabilidades".