Un procedimiento nacional de la Justicia Federal por explotación laboral en diferentes sedes de la organización Remar -recuperación de marginados- llegó con cuatro allanamientos a Rosario, donde se detectaron 90 víctimas de reducción a la servidumbre, entre ellas 15 menores de edad. Nicolás Del Mastro, delegado regional del Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata, dialogó con LT10 y contó que esta serie de allanamientos desmantelaron una trama de captación de personas que luego eran ezxplotadas.
"Estamos trabajando en la intervención de estos lugares y en la asistencia y restitución de derechos a las personas que allí estaban", agregó el delegado.
"Remar" es una institución que existe desde el año 1993, y las investigaciones comenzaron a raiz de una serie de casos de personas vulneradas por situaciones económicas, sociales o relacionadas a una adicción. Del Mastro contó además que "se siguió este caso durante tres años y llegamos a este punto de la investigación que todavía continua con una causa penal contra estas organizaciones coercitivas conocidas comunmente como 'sectas'".
En lo referente a la provincia, Del Mastro indicó que fueron seis procedimientos en total, ya que hubo uno en la ciudad de Santa Fe y otro en una granja de Santo Tomé donde había 29 varones. En Rosario los allanamientos se realizaron en Juan José Paso al 1600, Pasco al 8000 y Sánchez de Bustamente y Castro Barros.
En la ciudad "el denominador común eran los varones, y en algunos hogares como el de zona sur de Rosario, incluso, menores de edad. La orden judicial era poder escuchar a las personas de estos espacios", señaló.
Del Mastro indicó que "en el caso de Remar encontramos que las personas de buena fe eran llevadas en algunos casos por allegados para iniciar un tratamiento de abordaje de consumo problemático y adicciones; y en otros casos eran reclutadas por coordinadores".
"Al ingresar a este lugar, firmaban un contrato, que es un voluntariado social, y de esa manera eran trasladados a otra provincia. Allí empezaban lo que ellos denominan 18 meses de pases que comienzan con un trabajo doméstico del dispositivo donde conviven, luego una instancia de trabajo, de rutina, como producción de alimentos, construcción, producción de muebles, y la etapa final es la venta ambulante (de otros productos). Durante todo el trayecto, no se encontró la presencia de profesionales de la salud, ni abordajes terapéuticos. Tampoco la percepción de una remuneración por ese trabajo", explicó.
Además, indicó que estaban "en aislamiento de sus afectos, celulares, bienes personales"; excepto determinadas visitas en momentos específicos del trayecto.