Seleccionar un buen colchón está bien, pero tampoco te olvides de una almohada que se adapte a tus necesidades. Es un tema que debe ser prioritario porque garantizará un buen descanso. Tenés que pensar en el combo completo porque, si elegís mal, podrás tener problemas con tu cuello y cervical. El objetivo es siempre dormir de forma placentera para recuperar las energías perdidas en el día.
Tomá en cuenta este dato desde el inicio. La cabeza, el cuello y la cervical deben estar alineadas; por eso, la importancia de acompañarla con el colchón. De acuerdo con el fisioterapeuta español, Iñigo Junquera, la mejor almohada será aquella que se adapte a tus necesidades porque no es igual si dormís boca arriba, boca abajo o de costado.
“Dependerá de la morfología de cada persona, de su estructura ósea. No es lo mismo medir 1.85 centímetros con hombros anchos, que alguien delgado con una estatura de 1.55 centímetros”, dijo Junquera en su canal de YouTube.
Así que, para comprarla, no solo debes tener claro cómo te sentís más cómodo cuando estás en la cama sino también, de ser posible, probarla en un colchón para hacer las pruebas correspondientes y que necesites.
No olvides que la idea es mantener una buena postura. Una alineación exacta no existe porque todos somos diferentes, pero podés tener en consideración estos consejos:
Si dormís boca abajo lo ideal es comprar una almohada baja, de unos 10 centímetros de altura. También es recomendable para niños pequeños.
Si te sentís cómodo durmiendo boca arriba, lo mejor es seleccionar una almohada que tenga entre 12 y 13 centímetros de altura.
Las almohadas con medidas altas, de unos 15 centímetros, son para aquellas personas que duermen de costado. Deben mantener la cabeza y el cuello alineados.
Estas son recomendaciones generales porque, te repetimos, lo ideal es elegir una almohada adaptable, que puedes probar en diferentes alturas. Es ideal probar con tus propias sensaciones.
El relleno perfecto
Ya tenés claro cuál tipo de almohada comprar; sin embargo, tendrás el dilema de cuál modelo llevarte a casa porque sí, hay distintos tipos. Te vamos a seguir ayudando. Seguí leyendo.
Almohadas de fibra
Son las más convencionales y conocidas por todo el mundo. Estas vienen en diversos tamaños, densidades y pueden variar en sus alturas: altas, medias y bajas.
Almohadas de pluma o plumón
Son de origen natural, generalmente vienen de los gansos, específicamente de la zona que está debajo del cuello, no tiene caña y es la que más aísla. A mayor porcentaje de plumón, mejor calidad de almohada. Las suelen usar las personas que les gustan las alturas bajas.
Almohadas de látex
Son aquellas que, dependiendo si son naturales o sintéticas, nos dan un tacto más suave y firme. Este modelo es para personas que les gusta tener completa libertad en el cuello. Son de mucho rebote.
Almohadas viscoelásticas
Son las más polivalentes, de altura media. Pueden variar en su dureza, y en el tipo de tecnología para mejorar la transpiración. Son las que mejor se adaptan al molde del cuello y sirven para dormir boca arriba y de costado. Algunas vienen regulables en la altura; es decir, con distintas capas.
Almohadas cervicales
Son aquellas que buscan inmovilizar el cuello a personas con lesiones. No son recomendadas si no tienes problema en esa zona de tu cuerpo. No son confortables.
Para escoger una almohada necesitas saber cómo dormís. Recordá que no tienes que forzar el cuello ni para arriba, ni para abajo, sino que tengas una posición natural.
Dedícale tiempo porque es muy importante para descansar bien.
¿Cuál es la mejor postura para dormir?
Ya sabes que siempre debes buscar un correcto alineamiento de la espalda, por eso la menos recomendada es boca abajo.
De acuerdo con la Asociación Española de la Cama (ASOCAMA) en esta posición, suele producirse una torsión de cuello que, a lo largo del tiempo, puede terminar en daños cervicales o tortícolis. Además, el colchón se hunde más en la zona central del cuerpo quedando las extremidades en la superficie. Dormir boca abajo también produce una mala circulación y digestión.
Si querés cambiar de posición, recomiendan colocarte boca arriba y poner almohadas a los extremos para dificultarte regresar a estar boca abajo.
Boca arriba es la posición más saludable para dormir, es la favorita de fisioterapeutas, dermatólogos y expertos en el cuidado de la espalda en todo el mundo.
El motivo principal es que, al estar boca arriba, se produce una mayor relajación de la musculatura de la espalda y permite una buena alineación de la columna. Acá debes tener cuidado con la posición de la cabeza porque hay que conseguir que la zona central de las orejas esté alineada con el hombro, este es el objetivo que tiene que cumplir tu almohada.
Expertos consideran que dormir en la postura de gravedad cero o savasana, que consiste en colocar el cuerpo de tal forma que las piernas queden alineadas a la altura del corazón, es la mejor para reducir esfuerzos cardíacos y recomendada para una buena circulación sanguínea; sin embargo, no es favorable para personas que sufren de trastornos como la apnea o roncan mucho.
De acuerdo con el coach de deportistas, Nick Littlehales, la mejor postura para conseguir el máximo nivel de descanso es la de costado en posición semi fetal. Recuerda que debes rellenar el hueco que queda entre la base del cuello y el extremo del hombro; de esta forma, la espalda quedará alineada a la altura del cuello.
Un truco para relajar la cadera y recibir un reparto homogéneo del cuerpo, es colocar una almohada entre las piernas. Y si tenés alguna lesión en el hombro, recomiendan abrazar una almohada de firmeza alta para evitar que el brazo quede suspendido.
Muchos expertos recomiendan cambiar la almohada cada dos años, pero es importante que la cuides bien, así que para su conservación airéalas, dale vuelta a menudo y usá una funda de protección. Todo esto permitirá una vida sana a este elemento indispensable en tu dormitorio.