Unión es el más complicado en la lucha por no descender. Por un lado, es el último, y por otro, solo le sirve ganar para meter presión. Con otro resultado pierde la categoría, entonces puertas adentro la mentalidad está muy clara se trabaja a destajo y con perfil bajo. Lógico, con los nervios lógicos, pero con el aliciente de depender de sí mismo para alcanzar un desempate o bien, salvarse (si pierden Colón o Gimnasia).
Para cristalizar el objetivo, el Tate deberá romper varias malarias. Una de ellas, cortar la sequía de cinco sin ganar, con tres derrotas y dos empates. Además, recuperar poder de gol, algo que viene haciendo mella, y extender la positiva racha sin derrotas en el 15 de Abril de 12 partidos.
Pero además, la necesidad de cuidar su arco en casa. El último que le marcó fue San Lorenzo (1-1) hace cuatro duelos. Unión quedó claro que se hace fuerte en el templo de la Avenida López y Planes, pero empató mucho y, en esta lucha por la permanencia, un punto no alcanza. Por lo que pasará a ser determinante.
Unión llega con lo que le queda a esta definición, donde deberá romper el molde y levantarse anímica y futbolísticamente, quizás sin importante las formas, para mantener la ilusión de continuar en Primera.