Colón cada vez que va de visitante pierde. Es la frase que se replica en los hinchas, que no entienden cómo puede bajar tanto el rendimiento cada vez que sale del Brigadier López. Si bien es cierto que ya dejó el invicto y tampoco brilló, al menos superó a Gimnasia de Mendoza. Algo que logró también con otros, pero cuando juega fuera es otra la historia.
Ahora fue ante Nueva Chicago y con una constante: le llegan poco y le marcan. Después, no encuentra las armas para intentar al menos empatarlo. Una enfermedad de "visintitis" de la que todavía no tiene cura. En eso está el DT Rodolfo De Paoli, que es consciente que lo importante son los resultados y no los merecimientos, pero al menos nota otra prestancia.
Sí quizás fue demasiado castigo la derrota, pero la realidad es la única verdad. Eso sí, más allá de todos los datos estadísticos que ya se fueron reflejando, hay un común denominador de estas cuatro reveses en fila: todos por 1-0.
Contra Patronato, Aldosivi, Gimnasia y Tiro de Salta y el último contra Nueva Chicago. Los rivales con poco le ganan y eso es lo que golpea todavía más la moral. Como que no necesitan más e incluso resignan atacar, ya que Colón casi no tiene gol de visitante: hizo uno en nueve partidos (Nicolás Leguizamón ante CADU). Los números son lapidarios en este sentido y reflejan lo frágil que se volvió el Sabalero en defensa y lo poco picante en ataque.