Disfrutar unas tazas de café al día no está mal, sin embargo, el problema aparece con los excesos. Según estudios, los posibles efectos adversos son la toxicidad general, efectos cardiovasculares, en los huesos, la absorción de calcio, el comportamiento, desarrollo y reproducción.
La conclusión fue que un adulto sano no debe sobrepasar los 400 miligramos por día, es decir, dos tazas grandes o tres medianas, y de esto también depende la intensidad.
Si estás necesitando disminuir el consumo, estos consejos pueden ayudarte:
– Eliminar su ingesta puede tener algunos efectos adversos, porque el cuerpo se acostumbró al estímulo, por eso hay que hacerlo de forma gradual. Una manera sencilla y que no “golpea al hábito” es elegir tazas más pequeñas.
-Si optás por el café para poder regular tus niveles de energía, atención y rendimiento, existen otras alternativas que no contienen cafeína y pueden ser igual de estimulantes, como infusiones o bebidas a base de frutas y verduras que, además, estarán nutriendo tu organismo.
-Una de las principales fuentes de energía es el agua, una buena hidratación te mantendrá sana, activa y saludable. Además, el café deshidrata al cuerpo por sus efectos diuréticos y reemplazar una taza por medio litro de agua sería ideal. Como tip extra, podés agregarle unas rodajas de jengibre que es energizante natural.
-La actividad física combate la fatiga, estimula la secreción de hormonas positivas y es bueno para tu salud en general. Unos 30 minutos de ejercicio también te brindará esa dosis de energía adecuada.
-El descanso es la clave para un buen rendimiento, desde mantener una buena higiene del sueño, hacer pausas durante la jornada y desconectarse de los dispositivos para darle un poco de silencio a la mente. Te ayudará a recargar energía cuando sea necesario y no recurrir a estimulantes.