Unión encontró eso que tanto estaba buscando ante Vélez. No solo el triunfo, sino un rendimiento a la altura de las exigencias después de tres derrotas en fila que expandieron las dudas. Tres puntos que le permiten quedar a tiro de volver a jugar la Copa Sudamericana y, de paso, evitar que el Fortín sea campeón.
Pero hay algo que quizás pocos notaron: el Tate le cortó un invicto –sin contar la Copa Argentina– de nueve partidos al elenco de Liniers (tres victorias y siete empates). Justo en un momento límite, porque otro resultado hubiera vuelto la fecha final ante Defensa y Justicia toda una batalla por un cupo internacional.
Por eso la algarabía en el 15 de Abril, por el triunfo ante un rival calificado y que puede consagrarse por duplicado si es que vence en la final de la Copa Argentina a Central Córdoba.
Igual, a Unión solo le importaba una cosa y se centró en eso, pero con la premisa que sea con los argumentos y, más que nada, siendo competitivo.