La dura derrota ante Chacarita por 3 a 2 en San Martín no solo marcó el final del ciclo de Ariel Pereyra como entrenador de Colón, sino que también volvió a poner el foco en uno de los grandes problemas del equipo durante este 2024: su alarmante rendimiento fuera del estadio Brigadier López.
Lejos de Santa Fe, el Sabalero mostró su versión más vulnerable. En lo que va del torneo actual, el conjunto rojinegro jugó cinco partidos como visitante, con un saldo preocupante: una sola victoria, un empate y tres derrotas. Apenas cuatro puntos de quince posibles, lo que representa una efectividad del 26,6%.
Lo más inquietante, sin embargo, se evidencia al ampliar la mirada. En los últimos 20 encuentros disputados fuera de casa en esta temporada, Colón solo logró imponerse en cuatro oportunidades, empató siete veces y cayó en nueve. Con 19 puntos sobre 60 disputados, la eficiencia fue del 31,6%, una cifra que explica, en parte, la pérdida de protagonismo del equipo en la lucha por los primeros puestos.
Incluso, desde aquel gol de Brian Negro que ilusionó en el arranque como visitante, el equipo no pudo mantener el envión. Lo que parecía el inicio de una recuperación quedó en una ilusión fugaz. Tras esa conquista, Colón sufrió una caída por 2-0 frente a Almirante Brown, rescató un empate 1-1 ante Gimnasia de Mendoza, y luego acumuló dos nuevas derrotas: 2-1 ante Agropecuario y 3-2 contra Chacarita, en un partido que terminó con el ciclo de Pereyra.
Aún más preocupante es un dato que desnuda el drama fuera de casa: de los últimos 20 partidos como visitante, el Sabalero apenas ganó tres, igualó seis y perdió once. En ese lapso, cosechó solo 25 unidades de 75 posibles, con una efectividad del 25%.
Estos números reflejan una clara tendencia que el nuevo cuerpo técnico deberá revertir si quiere devolver a Colón a los primeros planos. La irregularidad como visitante se convirtió en una pesada mochila que el equipo no logra sacarse, y que hoy lo aleja del protagonismo en la Primera Nacional.