Interés General - Nuevo relevamiento

Miércoles 25 de Junio de 2025 - 06:33 hs

Selva Misionera: alertan sobre la baja en la población de yaguaretés

El dato representa una señal de alerta para la conservación. Científicos realizan el monitoreo de la población cada dos años en la Selva Misionera, desde 2003.

En la Selva Misionera quedan entre 64 y 110 yaguaretés , con una media estimada de 84 ejemplares. El dato surgido del reciente estudio binacional de monitoreo poblacional realizado en Argentina y Brasil y la cifra representa una leve disminución respecto a años anteriores , tras un período sostenido de crecimiento y estabilidad poblacional. El mismo estudio -en 2022- hablaba de una media de 93 ejemplares.

El anuncio, realizado esta tarde en Posadas por la Fundación Vida Silvestre Argentina e investigadores del CONICET nucleados en el Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET) , se realizó en el marco de la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté . Para ambas organizaciones, que trabajan hace más de 20 años por la conservación de la especie, este resultado despierta una luz de alarma en cuanto a la sostenibilidad del felino más grande de Argentina.

“ El yaguareté es un indicador de la salud del ambiente, está leve disminución refleja una presión creciente sobre nuestros ecosistemas. Es clave que las autoridades y la sociedad en su conjunto redoblemos su compromiso con su conservación ”, advirtió Lucía Lazzari, coordinadora del programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina . “ Reforzar el trabajo integral sobre las áreas naturales protegidas de Misiones, con foco en la cacería y los conflictos entre yaguaretés y animales domésticos resulta hoy esencial para evitar que esta situación se agrave. Los parques provinciales y nacionales necesitan mayor financiación y más atención por parte de las autoridades ”, agregó.  Por su parte, Agustín Paviolo, investigador independiente del CONICET y líder del Proyecto Yaguareté advirtió “ entre el 2006 y el 2018 a través del trabajo coordinado de organizaciones gubernamentales, ONGs y científicos logramos duplicar el tamaño de la población de Misiones, sin embargo, estas nuevas estimaciones nos muestran que no podemos reducir los recursos y esfuerzos para su conservación porque podemos perder todo lo logrado anteriormente ”. 

Los estudios poblaciones de la especie comenzaron en 2003, cuando la población apenas alcanzaba los 40 individuos. Desde entonces, gracias a acciones de conservación, gestión territorial, comunicación y educación ambiental, se logró duplicar y estabilizar la población. Sin embargo, los resultados actuales evidencian que la situación sigue siendo frágil y exige respuestas sostenidas y fortalecidas. A pesar de esta leve caída, Misiones, aún, mantiene la población de yaguaretés más grande de la Argentina. 

La cacería, actividad prohibida y penada por Ley en Misiones, los conflictos de grandes felinos con ganado y animales domésticos en zonas rurales cercanas a áreas naturales protegidas, el atropellamiento de fauna en rutas y caminos que atraviesan áreas de selva y la reducción y fragmentación del monte, son las principales causas que ponen al yaguareté bajo amenaza. En Argentina, la especie está considerada en estado crítico de extinción .

Yaguareté, una especie en peligro 

Entre 1990 y 1995 se estimaba que, en el Bosque Atlántico del Alto Paraná, que incluye la Selva Misionera y el Parque Nacional do Iguacu de Brasil, habitaban entre 400 y 800 yaguaretés. Para 2005, esa cifra se redujo a sólo 40 individuos poniendo al felino al borde de la extinción. A partir de allí, instituciones gubernamentales, ONG's y científicos trabajaron en el Plan de Acción de Conservación del Yaguareté, un documento consensuado para trabajar de manera coordinada en la conservación del yaguareté en Misiones. 

A partir de 2003 se logró mantener la periodicidad en los monitoreos poblaciones y con el tiempo se duplicó la cantidad de yaguaretés. En 2018 se estimaba una población de 105 individuos y, luego de algunos años de estabilidad, se registra esta disminución. 

¿Quién y cómo se desarrolla el monitoreo de yaguaretés? 

El estudio fue liderado por científicos del Instituto de Biología Subtropical (UNAM – CONICET) nucleados en el Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET) en Argentina y el Proyecto Onças do Iguaçu (ICMBio – Brasil), con apoyo de numerosas instituciones. La estimación poblacional fue desarrollada en el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná: la Selva Misionera, el Parque Nacional do Iguaçu y el Parque Estadual do Turvo en Brasil. Esta iniciativa binacional se repite cada dos años desde hace más de dos décadas, con el apoyo de Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF-Brasil y otras organizaciones. 

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El relevamiento se basa en el análisis de imágenes captadas por cámaras trampa distribuidas en el área de estudio . Las mismas son cámaras fotográficas que se activan por movimiento cuando un animal pasa por delante, y toma una fotografía o un video. Las imágenes permiten estudiar y documentar la salud de la selva al conocer la presencia de diferentes especies. En el caso de los yaguaretés, cada uno es identificado por el patrón único de manchas de su pelaje, como nuestras huellas dactilares. 

A partir de esta información los investigadores aplican modelos matemáticos que permiten estimar la población con un mínimo y un máximo posible de individuos de una especie en un área determinada. Se emplea porque no es posible contar a todos los animales directamente. Estos rangos reflejan la incertidumbre natural en este tipo de estudios, pero permiten seguir la evolución de la población a lo largo del tiempo. 

Para el monitoreo realizado en 2024, cuyos resultados se conocieron este martes, se abarcó una superficie de más de 570.000 hectáreas entre ambos países, con 267 estaciones de muestreo, puntos geográficos específicos donde se ubicaron las cámaras trampa. Las hectáreas son el proporcional a 27 veces más grande que toda la Ciudad de Buenos Aires. 

El yaguareté: ¿por qué es importante su conservación? 

El yaguareté ( Panthera onca ) es el felino más grande del continente americano y el tercero a nivel mundial, después del león y el tigre asiático. La especie se encuentra en peligro crítico de extinción en Argentina debido a la pérdida de hábitat, el atropellamiento en rutas y la caza ilegal del felino y sus presas. 

La conservación de este felino va mucho más allá de la protección de una sola especie. La conservación exitosa del yaguareté es fundamental para mantener los bosques saludables, las reservas de carbono, la biodiversidad, la disponibilidad de agua y el patrimonio natural y cultural. Estos esfuerzos no solo protegen toda la vida silvestre en el paisaje que representa el hábitat del yaguareté, sino que también ayudan a diversificar las oportunidades económicas para las comunidades locales y contribuyen a mitigar y adaptarse al cambio climático global. 

Yaguaretés sin fronteras: la importancia de los corredores de biodiversidad 

Desde hace años, el monitoreo poblacional del yaguareté se realiza de manera coordinada entre Argentina y Brasil. Esto responde a una realidad ecológica indiscutible: la fauna del Bosque Atlántico del Alto Paraná —la selva misionera— no reconoce fronteras y utiliza la continuidad de selva que aún se conserva entre ambos países. Esta conectividad permite que un mismo yaguareté sea detectado en Argentina y Brasil, reforzando la necesidad de conservar y recuperar los corredores de biodiversidad y de profundizar el trabajo binacional para proteger a la especie. 

A través del patrón de manchas de cada ejemplar, único como una huella dactilar, es posible individualizarlos y seguir sus historias. Varias de ellas se han vuelto emblemáticas: 

Hendú , un macho identificado en 2020 en el Parque Nacional Iguazú de Argentina, comenzó a ser registrado en Brasil en 2024. Gracias al esfuerzo conjunto de los equipos de investigación de ambos países, se le colocó un collar satelital que permitió observar en tiempo real cómo regresaba a territorio argentino. Sus movimientos continúan siendo monitoreados con precisión. 

Kunumi , una hembra también equipada con collar satelital cruzó el río Iguazú y fue registrada en zonas de alta concurrencia turística, como el área Cataratas. Incluso fue fotografiada desde paseos náuticos, demostrando la convivencia entre fauna silvestre y actividad humana. 

Perí , un joven macho de aproximadamente tres años —hijo de una yaguareté llamada Angá— nació y fue siempre registrado en Brasil. Sin embargo, durante este monitoreo fue fotografiado en la Reserva Forestal San Jorge, al sur del Parque Nacional Iguazú. Su desplazamiento demuestra una dispersión significativa en la búsqueda de territorio propio y el uso de los corredores. 

También se suman registros de individuos ya conocidos por sus movimientos transfronterizos, como Araucano , un gran macho que cruza habitualmente entre ambos países, y Urupé , cuya primera aparición fue en Brasil y que también fue fotografiado en Argentina. 

Estos casos demuestran con claridad cómo los yaguaretés dependen de la conectividad del paisaje para sobrevivir. El Corredor Verde de Misiones y su continuidad con áreas protegidas de Brasil resultan esenciales para garantizar el futuro de esta especie en peligro de extinción. 

Los datos obtenidos a través de cámaras trampa y collares satelitales no solo revelan las historias de vida de estos grandes felinos, sino que son insumos fundamentales para diseñar estrategias de conservación eficaces a escala regional. Conservar los corredores no es solo conservar caminos para la fauna, es asegurar el equilibrio de toda la selva misionera. 

 

Fuente: LT10 - Fundación Vida Silvestre