La temporada 2026 de la Fórmula 1 todavía no encendió sus motores, pero la temperatura en el box de Alpine ya comenzó a subir tras una declaración inesperada del estonio Paul Aron, de 21 años, que dejó una reflexión cargada de frustración sobre las oportunidades dentro del automovilismo.
Mientras Franco Colapinto se prepara para afrontar su primera campaña completa como piloto oficial junto a Pierre Gasly, quien quedó relegado al rol de reserva alzó la voz.
En una entrevista con el medio de su país, Aron apuntó directamente al contexto demográfico y económico como un factor diferencial en el camino hacia la Fórmula 1: “Para un chico que tiene a Argentina como su país de origen es más fácil encontrar seguidores, patrocinadores y dinero que para mí, que vengo de Estonia, donde hay 1,3 millón de habitantes”, al sugerir que el recorrido del piloto argentino habría estado respaldado por un entorno más favorable, sin hacer mención a cuestiones deportivas.
El estonio profundizó su postura al remarcar que su carrera estuvo marcada por mayores dificultades estructurales: “Sé muy bien que este camino ha sido más fácil para algunos chicos, porque siempre han contado con un buen apoyo. Durante mi carrera, nos las arreglamos muy bien con lo que teníamos, pero mi trayectoria ha sido sin duda mucho más complicada”.
Sus palabras reabrieron el debate sobre el peso del contexto económico frente al mérito individual en el acceso a la élite del automovilismo.
Sin embargo, la comparación contrasta con el recorrido personal de Colapinto, quien debió dejar la Argentina a muy corta edad para instalarse solo en Europa, afrontar años de competencia con presupuestos ajustados y atravesar categorías formativas altamente competitivas antes de consolidarse.
Su llegada a la Fórmula 1 no se dio como un anuncio rutilante, sino tras un proceso prolongado dentro de academias, trabajos en simulador y oportunidades ganadas en pista, hasta convertirse en una de las apuestas fuertes de Alpine para el futuro inmediato.
Más allá del foco puesto en Colapinto, Aron también mostró su descontento con el rol de piloto reserva y advirtió sobre el riesgo de estancamiento profesional: “Llevo un año y, según mi lógica, dos años es el máximo. Cuanto más tiempo estés como reserva, más tiempo te pierdes en la niebla”.
Por último, cuestionó la rutina de simulador: “Soy piloto de carreras y no vine a la Fórmula 1 para, en teoría, jugar a un videojuego”. En 2026, compartirá ese rol en Alpine con Kush Maini y Jack Doohan, mientras observa desde los boxes el desarrollo de la dupla Colapinto–Gasly.