La culpa no es del fútbol. Qué tendrá que ver la pelota, el juego, la pasión por los colores con todo esto. El fútbol una vez más quedó rehén y de rodillas ante la ambición, el oportunismo, la avaricia, el egoísmo y la incapacidad de tanto improvisado con voz de mando. Aquel papelón del 38 a 38 resulta un juego de niños tramposos al lado del bochorno de esta semana.
Fue engañoso lo de concebir un fútbol distinto en 2009, cuando el Estado “tomó partido” con el aporte de miles de millones de pesos, asociándose con la sospechada “AFA Grondonista”, de Meizner, De Lucca y Cia, quienes extrañamente nunca estuvieron controlados, inspeccionados, ni auditados, como se remarcó en aquel pomposo acto de lanzamiento del FPT, donde se anunció que las ganancias ¿? serían destinadas a promover los deportes olímpicos. En aquel agosto de 2009, la por entonces Presidente de la Nación, Cristina Fernández, dijo: “He leído que el fútbol iba a ser subsidiado por el Estado. Los que escriben eso saben que el fútbol es un negocio extraordinario que no necesita ser subsidiado, sino participar de sus propias ganancias”. Hoy todo está mucho más claro, no?
Entonces, ¿se puede concebir y hasta querer defender el aporte de 9 mil millones de pesos en este tiempo para el desquicio de esta AFA, y como dijo Matías Caruzzo, jugador de San Lorenzo, “ver a la gente juntando tapitas para el Hospital Garrahan”? Deseo y siento la obligación de expresar al mismo tiempo que me da vergüenza que el Gobierno ponga hoy plata en AFA, aún cuando sé que está obligado a honrar ese compromiso… pero al mismo tiempo, se mantenga inflexible en situaciones mucho más ardorosas y vitales para la población en estas horas.
Las distintas conductas de los principales actores de esta triste historia son para revisar de tanto en tanto. Incluso el concepto sobre solidaridad en AFA está algo distorsionado (cuanto menos y por ser generoso). Por ejemplo en el Señor Sergio Marchi, (este mismo personaje que dejó al amparo de Dios a los futbolistas de Colón hace un par de años), hoy , en su debido rol de representante de todos los futbolistas. ¿Por qué Marchi no actuó aquella vez cómo ahora? “Muchos clubes están al día pero nos solidarizamos y hasta que no paguen no jugamos…” sentenció tantas veces ayer y con justa razón este buen señor. Ahora, ¿por qué en aquella oportunidad no adoptó la misma actitud solidaria, COMO DEBÍA OCURRIR, con los afiliados del mismo gremio que hasta hoy representa?
Resulta raro (o no) ver a los “normalizadores” apretando para aplicar un reglamento con el que sólo se abanican (los clubes deudores debían ser sancionados antes), o a la misma gente curtida en el sindicalismo bregando por que vuelva a rodar la pelota y adoptando medidas que perjudican a los trabajadores del balompié. Este fin de semana el fútbol de ascenso (comandado por Tapia, yerno de Moyano) tendrá actividad con juveniles, ante la medida de fuerza de los profesionales.
Una de las principales industrias del país sigue con un desmanejo alarmante. La increíble AFA del “38 a 38” supura todavía pus por los poros. Mientras los clubes “gasten” más de lo que generan, no habrá formas de comenzar a curarse en salud, y por ende, todo lo demás seguirá putrefacto… y el hincha (el socio que pagó la cuota durante tres meses sin partidos), podrido de todos y cada uno de ellos.
Está claro que la culpa no es del fútbol. La culpa sigue siendo de quienes manejan el fútbol... y cualquier semejanza con la realidad, esta vez, NO es pura coincidencia.
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