Una niña parisina de apenas 10 años consiguió lo que muchos jóvenes no logran: obtener una beca de innovación hecha para estudiantes de doctorados. ¿Por qué? Porque Eva -de ella se habla- cree que las calles de París están "tristes" y pretende construir un robot que las haga más felices.
"Las calles de París están tristes. Quiero construir un robot que haga que sean felices otra vez". Con estas palabras, la pequeña pidió ingresar al programa de la Summer Innovation Felloship.
"Ya he aprendido a codificar robots Thymio, pero tengo problemas para conseguir que funcionen". Por esto, continuaba su solicitud, "quiero unirme al programa para que los mentores me ayuden", continuaba explicando Eva.
Sus emotivas palabras no cayeron en saco roto: "La respuesta es sí. Has sido seleccionada entre una gran cantidad de candidatos impresionantes de todo el mundo", contestó Kate Borlongan, fundadora de Five by Five -la empresa que da la beca-, en una carta que se ha hecho viral tras publicarla en su página de Facebook.
Borlongan explica que se enamoró del proyecto de Eva -un robot que hace arte callejero- y está de acuerdo en que "se debe hacer más para mejorar las calles de París y hacer que sonrían otra vez".
"Nos has dicho abiertamente que tenías problemas para que el robot funcionara y que necesitabas ayuda. Es muy valiente que lo hayas admitido y es lo que, finalmente, nos convenció de que aceptásemos tu proyecto", continúa Borlongan.
Las buenas noticias para Eva no acabaron ahí. Desde Five by Five se pusieron en contacto con Thymio, la compañía que fabrica la tecnología que Eva usa para su robot, para pedirles que designaran un especialista para ayudarla. Y Thymio ha contestado: será el mismísimo presidente de la empresa quien ayudará a Eva con su proyecto y, además, le van a dar su último robot.
La fundadora de Five by Five también comparte el link al blog de Eva. Allí se puede ver el proyecto con el que Eva conseguirá que las calles de París vuelvan a ser felices.