Son los equipos que se habían construido para albergar a las familias que fueron afectadas por la crecida de los ríos.
Según explicaron los vecinos del lugar, desde la semana pasada se comenzaron a desarmar los módulos y las familias retornan lentamente a sus hogares.
Micaela, una de las vecinas que habitaba estos espacios, explicó que si bien todo se está normalizando, “aún queda arreglar de a poco sus hogares particulares”.