En el año 1972 se realizaría uno de los hallazgos más importantes de la historia de China, el de la Dama de Dai, la momia mejor preservada de la historia. Con más de 2 mil años, este cuerpo perteneciente a la Dinastía Han continúa dejando perplejos a los científicos, a casi 50 años de su descubrimiento.
Chang-sha, capital de la provincia de Hunan, se ubica a orillas del río Xiang. Con una historia que comenzó en el primer milenio antes de Cristo, sufrió una destrucción masiva de sus edificios históricos y emblemáticos durante la Segunda Guerra Mundial. Y fue precisamente aquí, en una ciudad que se encontraba en ruinas, que se realizó 30 años más tarde un impactante descubrimiento arqueológico.
Durante una construcción en la zona en 1971, el ejército hizo algunas perforaciones en el sitio. Pero de uno de estos agujeros comenzó a salir gas con un punzante olor. Luego, trabajadores que estaban en la obra prendieron fuego cerca del lugar y apareció una llama azul. Este curioso episodio llegó a oídos de Hou Liang, un arqueólogo del Museo de Hunan, quien acudió rápidamente al sitio para inspeccionarlo.
¿Por qué le había resultado curioso este fenómeno? Como arqueólogo sabía que la descomposición de la materia orgánica que se encuentra en una tumba emana gases tóxicos. Intentó capturar rastros del gas, pero ya se había disipado. Un año más tarde comenzaron las excavaciones. Al poco tiempo descubrieron un túnel que habían realizado saqueadores que habían desistido. No habían llegado a conocer el gran tesoro que se encontraba en las profundidades.
Luego de un arduo trabajo, los arqueólogos al fin se toparon con lo que buscaban: la tumba. Con lo primero que se toparon en este enorme enterramiento fue con arcos y cestas de bambú, elegantes cuencos que contenían raíces de flor de loto que todavía flotaban en agua, entre otros mil artefactos en un excelente estado de conservación. Esto no provocó otra cosa que hacer crecer las expectativas sobre el estado del cuerpo que encontrarían más tarde. Y no se equivocaron.
Descubrieron el cuerpo de Xin Zhui, la esposa de uno de los grandes líderes del imperio Han. Apodada la Dama de Dai, esta mujer habría muerto entre los años 178 y 145 a.C., a la edad de 50 años, aproximadamente. Los objetos que se encontraron junto al cuerpo indicaban que se trataba de una mujer importante y de una riqueza impresionante, pero no fue esto lo que sorprendió a los arqueólogos, sino el asombroso estado de conservación en el que se encontraba.
A pesar de haber sido enterrada hace más de dos milenios, cada detalle de su rostro permanecía casi intacto, desde sus pestañas hasta los vellos dentro de la nariz. Su piel todavía estaba humectada y elástica, sus articulaciones continuaban flexibles y la sangre permanecía dentro de sus venas. Apenas la movieron de la tumba, el oxígeno afectó su estado, por lo que hoy no se encuentra ni se ve como en el momento en el que fue hallada. Sin embargo, los científicos que la examinaron descubrieron que su cuerpo se encontraba en el mismo estado en el que se encuentran los de las personas recién fallecidas.
La autopsia reveló que los órganos seguían intactos. Análisis hasta pudieron evidenciar males como diabetes, presión alta, colesterol alto, daño en el hígado y cálculos biliares. Pudieron determinar que murió de un ataque cardíaco provocado por la obesidad, sedentarismo y una dieta poco saludable.