El joven, que hoy tiene 23 años, tuvo que dar la pelea en la Justicia: como tiene síndrome de Down, cuando terminó su cursada, en 2013, tanto su escuela –el instituto Jesús María de San Vicente de Paul, de San Telmo– como el Ministerio de Educación porteño habían considerado que su título no podía ser entregado porque “no había cumplido con contenidos considerados mínimos si se los comparaba con el resto de los estudiantes”.
Esto, a pesar de que Alan cursó, en ese mismo colegio, desde sala de 3 hasta el último día de quinto año del secundario, y con un proyecto pedagógico individual, y “alcanzó los objetivos planteados con excelentes calificaciones”, como se desprendió de la decisión judicial.
En 2015, luego de múltiples reclamos, Alan y su familia decidieron llevar su caso a la Justicia,un año después, el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 1 de la Ciudad reconoció su derecho a la educación inclusiva y ordenó a la escuela y al ministerio la entrega y legalización de su título, aunque la decisión fue apelada.
Pero no todo terminó allí, hubo varias apelaciones en el medio por parte de la escuela y del propio Ministerio y recién a finales del año que acaba de terminar el joven pudo tener en sus manos el mismo título que sus compañeros.
Florencia Innamorato, mamá de Alan contó en LT10 que "para nosotros es muy emocionante y era lo que estabamos esperando que se resolviera", "este es un mérito para él sino que sentará precedentes para muchos, la justicia llegó por que hicimos bien las cosas" finalizó.