Según datos de la Secretaría de Salud de la Nación, en Argentina nacieron 2.787 niños de madres adolescentes de 10 a 14 años, más de 7 por día. Además, las mujeres de entre 15 y 19 años dieron a luz a otros 108.912 bebés, y 2 de cada 3 (67%) reportaron al momento del posparto que ese embarazo no había sido intencional.
A nivel provincial, las cifras no desentonan con lo que pasa en el resto del país: el 2,5 de los nacimientos en Santa Fe corresponde a menores de 15 años, y el 25% -es decir, 1 de cada 4 embarazos- es de menores de 19 años.
Así lo indicó Gabriela Ragona, jefa del sector Ginecología infantojuvenil del Hospital de Niños, en contacto con El Cuarto Poder. Es por esto que la Sociedad de Pediatría destacó la importancia de la prevención de embarazos en la adolescencia y pidió a sus profesionales que también acompañen a los menores educándolos en la prevención y la responsabilidad en el ejercicio de la sexualidad.
Tal como lo indicó la médica tocoginecóloga, la infancia y preadolescencia son "un buen momento para que los chicos aprendan, brindarles la educación correcta para que sepan cómo cuidarse".
Además, destacó que si bien todos los menores de edad pueden acercarse a los hospitales para recibir métodos anticonceptivos, muchos no lo hacen. "Si la niña tiene relaciones, nuestra obligacion es ayudarla a prevenir enfermedades y embarazos", remarcó.
Sobre las razones por las que estos jóvenes no recurren a la salud pública para evitar tanto embarazos como enfermedades de transmisión sexual, Ragona explicó que hoy "los chicos están informados pero no formados", es decir, que tienen acceso a redes desde donde pueden captar información sobre los métodos de anticoncepción, "pero no tienen la madurez para ir a buscarlos al hospital".
"Les falta terminar de entender cuál es la consecuencia de sus actos. No hay desconocimiento, pero el tema es inculcar la responsabilidad de cuidarse y acompañarlos, por eso también es importante la figura del pediatra", recalcó la miembro del Comité por los derechos del niño de la Sociedad de Pediatría filial Santa Fe.
Algunas estrategias para contribuir a la disminución del embarazo en la adolescencia:
–Los profesionales de la salud que atienden adolescentes deberían estar familiarizados con el marco normativo vigente, en cuanto al interés superior del adolescente, el concepto de autonomía progresiva, la privacidad y su derecho a expresar su opinión y a ser escuchado en todos los asuntos que lo afecte. Y conocer las guías y protocolos para la atención de situaciones complejas que pueden ser identificadas ante una situación de embarazo, como la detección del abuso sexual, el maltrato infantil o la interrupción legal del embarazo.
–Es fundamental promover una salud sexual libre de coerción, placentera y responsable.
–Los pediatras deben tener en cuenta que las consultas sobre anticoncepciónconstituyen una demanda que requiere ser satisfecha en forma urgente. La dación o prescripción de métodos anticonceptivos: de barrera, hormonales, de larga duración y la anticoncepción de emergencia, debe hacerse cada vez que sean requeridos por cualquier adolescente, sin ningún otro requisito que su consentimiento y su evaluación integral.
–Cuando el embarazo ocurre en menores de 15 años siempre deberán pesquisarse relaciones de poder y/o abuso.
-El seguimiento de las adolescentes embarazadas requiere de un accionar interdisciplinario e intersectorial por parte de profesionales capacitados y empáticos. Es fundamental la articulación con otros sectores: educación, organismos de protección de derechos, ONG y la comunidad como apoyo para su desarrollo autónomo.
"En la adolescencia, la persistencia de altas tasas de embarazos y de infecciones de transmisión sexual, como el VIH, hacen imprescindible el fortalecimiento de las políticas públicas que permitan mejorar el acceso de la población adolescente a los derechos sexuales y reproductivos, derechos que incluyen la protección ante la violencia y abuso, así como la promoción de las capacidades autónomas mediante formación e información adecuada y la provisión de los recursos necesario", concluyó Pappolla.
-Es fundamental que cualquiera sea el método anticonceptivo indicado, remarcar que el uso del preservativo es lo único que previene del sida y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Para lo cual es necesaria la presencia de profesionales de la salud idóneamente formados y comprometidos en los centros de salud.
La información adecuada, efectiva y clara, más el acompañamiento desde la infancia, tanto desde la familia, la escuela, las sociedades científicas y el Estado presente a través de políticas públicas, son imprescindibles para mejorar la salud y calidad de vida de la población adolescente.