La primera nave espacial interplanetaria no tripulada de Israel se lanzó este jueves por la noche en una misión lunar histórica desde Cabo Cañaveral, en Florida, EEUU.
Se trata del lander lunar robótico que despegó sobre un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX a las 22:45 hora argentina, iniciando un viaje de ocho semanas a la superficie de la luna.
Si aterriza en la Luna dos meses después de su viaje, como se espera, Israel se unirá a un club exclusivo de países, Estados Unidos, Rusia y China, que han enviado naves espaciales a la superficie del vecino planetario más cercano de la Tierra. La nave espacial fue nombrada Bereshit, la palabra hebrea para "principio" y Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento.
La misión de la Luna, encabezada por la organización sin fines de lucro SpaceIL, está destinada a aumentar el orgullo nacional y crear un "efecto Apolo", para inspirar a las generaciones futuras a realizar estudios en los campos de la ciencia y la tecnología.
El término fue acuñado después de que los primeros humanos aterrizaran en la Luna en 1969, lo que provocó un aumento del interés por la ciencia en la década de 1970. Pero la misión israelí tiene un propósito adicional: comprender mejor el campo magnético de la Luna, el proyecto de investigación central de la misión, dirigido por el profesor Oded Aharonson, del Instituto Weizmann, que también es el científico de la Misión para SpaceIL.
Aharonson, miembro del Departamento de Tierra y Ciencias Planetarias, ayudó al equipo de SpaceIL a determinar dónde aterrizaría (Mare Serenitatis, en el hemisferio norte, entre Apolo 15 y 17), y a diseñar los instrumentos que le permitirá a la sonda medir el campo magnético de la Luna de una manera que no se ha intentado hasta la fecha.
Campo magnético lunar
La Tierra tiene dos campos magnéticos: uno 'global', que emana del núcleo caliente de la Tierra y sirve para proteger la atmósfera de la Tierra, y un 'local' remanente en las rocas de la superficie, que se heredó del campo global como el magma caliente enfriado. Pero la Luna solo tiene un campo local.
"El gran enigma es que, si no hay un campo magnético global en la Luna, ¿cómo y cuándo las rocas de la Luna adquirieron su magnetismo? Esta es la pregunta que intentamos responder ", asegura Aharonson.
Esta no es la primera vez que se medirá el campo magnético de la Luna, pero sería la más ambiciosa en términos de resolución de datos que la misión planea adquirir. El magnetómetro lunar del profesor Aharoson, construido en UCLA e instalado a bordo de la nave espacial, tomará medidas a medida que la nave espacial se aproxima a la Luna y después de que aterrice.
"Tendremos datos más precisos, sobre anomalías magnéticas más y con mayor resolución. Nuestro objetivo final es crear un perfil del campo magnético de la Luna y comprender su origen", agregó el experto.
Esa información le permitirá a él y a otros científicos planetarios de su equipo internacional averiguar cuánto tiempo hace que comenzó el proceso de magnetización de la Luna, y darles a los científicos un pequeño paso, tomando prestado de las famosas palabras de Neil Armstrong, más cerca de comprender el nacimiento y la evolución de la Luna.