Según la sabiduría popular, cuando uno tiene hipo, no hay que perder tiempo en consultas: bastará con darle un buen susto al torturado con el hipo para eliminarlo. ¿Pero qué dice la ciencia?
“El hipo se produce por espasmos del diafragma, el principal músculo respiratorio, que se trasmiten a las cuerdas vocales generando el típico ruido”, explica Diego Golombek, biólogo e investigador del Conicet.
En cuanto a la pregunta de si se pueden inhibir estos espasmos con un susto a la persona que los padece, Golombek cuenta una antigua fábula: “Hay una vieja historia de un soldado que le quiso curar el hipo a un colega apuntándole con su arma, que accidentalmente se disparó, con lo cual no solo terminó con el hipo sino también con su vida”, bromea, y deja la duda de si esto fue lo que originó la creencia.
Sin embargo, admite que no están claras ni las causas ni los presuntos tratamientos para el hipo, y que el miedo podría activar al sistema nervioso simpático (inconsciente), y a su vez cambiar las “órdenes” de los centros respiratorios del cerebro.
La mayoría de las veces, el hipo se origina por causas bastantes comunes: comer rápido, por la distensión del estómago, por beber mucha gaseosa, por fumar, por exceso en el consumo de alcohol y hasta puede ser por ansiedad, entre otros factores.
Desde hace años, las creencias populares sobre las medidas para acabar con el hipo suman creatividad. Se recomienda desde hacer una inspiración profunda y aguantar la respiración por más de 15 segundos, hasta tomar agua muy fría, masticar hielo, y hasta ¡besar una pared!
De modo que un susto también podría ser la respuesta. Tal como recomienda Golombek “es cuestión de probar”.