Google admitió este jueves que “expertos del lenguaje” contratados por la firma escuchan aproximadamente el 0,2 % de las conversaciones que los usuarios mantienen con su asistente virtual, lo que implica que una parte de esas interacciones no son completamente privadas.
La asunción habitual, y lo que a menudo reiteran las empresas que gestionan asistentes virtuales como Amazon, Samsung y Apple, además de Google, es que las conversaciones entre un usuario y su asistente son del todo privadas y que la interacción se produce exclusivamente mediante inteligencia artificial, es decir, que los únicos que “escuchan” al usuario son robots.
Sin embargo, la admisión este pasado jueves por parte de Google de que el 0,2% de estas conversaciones son escuchadas por seres humanos para, aseguran, mejorar la calidad del servicio, arroja luz sobre una práctica que las empresas por lo general evitan publicitar.
La revelación llegó de la mano del responsable de producto de búsquedas de la compañía californiana David Monsees, quien publicó una entrada en el blog oficial de Google como respuesta a una información aparecida ayer en la televisión belga VRT NWS, que pudo acceder a alrededor de un millar de grabaciones de individuos anónimos.