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"Los bonobos", protagonizada por Campi, Osqui Guzmán y Peto Menahem más la invalorable intervención de Lizy Tagliani, es una comedia del francés Laurent Baffie que busca la risa constante a través de situaciones absurdas y gags casi cinematográficos, que puede verse en el teatro Lola Membrives.

El asunto es bastante simple y es necesario dejarse llevar por la acción sin apelar a la coherencia, ya que todo lo que sucede es, por lo menos, improbable: tres amigos cercanos a la cuarentena y habituados a pagar por sexo, deciden buscar parejas formales, por lo que inventan una suerte de juego en el que convocan a tres mujeres desconocidas para entrevistarlas en forma alternada y así observar las posibilidades de vínculo.

Lo particular es que uno de ellos es ciego (Menahem), otro mudo (Campi) y el tercero sordo (Guzmán) y se supone que entre los tres deben establecer colaboraciones cuyo ingenio forma parte de la diversión, ya que mientras uno intenta conquistar a cada candidata los otros dos lo asisten a través de una cámara de circuito cerrado.

Si alguien, atraído o atraída por el término "bonobo" en el título espera alguna relación entre lo que sucede en escena con las inusuales costumbres pansexuales de esos chimpacés del África Central, entraría en una confusión en la que el autor no está interesado; la intención es hacer reír a cualquier costo con algo que no será necesariamente inolvidable.

El texto lleva la firma del autor de la exitosísima "Toc toc", pero esta vez Baffie abandona cualquier sutileza de conducta tan bien dosificadas en esa obra y apuesta a una especie de "comic" con personajes tan simpáticos como tarambanas -por algo los tres hacen uno- cuyas conductas están cerca del infantilismo y la irresponsabilidad.

Frente a ellos, Anita Gutiérrez es una tilinga empleada de una zapatería que busca formar una familia y tener exactamente tres hijos -para los que ya tiene nombre-, Manuela Pal es una chica moderna, también cercana a los 40 y que viene de algunos fracasos amorosos, y la potente Lizy Tagliani es una mujer policía de armas tomar, compenetrada con su ámbito laboral y sus conductas.

La acción tiene varias locaciones -tres departamentos y un galpón casi abandonado- que el escenógrafo Alberto Negrín arma y desarma a la vista del público con su habitual maestría y allí se suceden los encuentros, a veces absurdos y jugados con una velocidad notoria, donde los personajes dependen de la vis cómica innegable de sus intérpretes.

Así se establece una complicidad imprescindible entre el trío de seductores y la platea, de la que queda excluida la contrapartida femenina, que siempre actúa de buena fe pese a las conductas inconsistentes de los varones, por lo que no conviene hilar demasiado fino en cuanto al tema en estos días de reivindicación de género.

En ese comic los diálogos son veloces, a veces jocosamente confusos y los impostores están por ser descubiertos a cada instante -es imprescindible observar las distintas combinaciones o rechazos en cada pareja- , pero eso no sucede porque entonces el asunto se desbarataría antes de la hora y media que dura el espectáculo.

Un elemento llamativo es la incursión del maestro de clown Gabriel Chame Buendía en un típico exponente de la calle Corrientes, porque a él se le deben los numerosos traspiés, caídas y cabriolas en que incurre el trío protagónico, un plus a la natural simpatía de Campi, Guzmán y Menahem, rostros conocidos del escenario y otras plataformas.

Con un inteligente desplazamiento de los personajes y la inclusión de pasajes coreografiados, el también director Negrín maneja sin problemas un divertimento menor -en "Cabaret" su compromiso era mayor por las características de la obra-, con dos actrices con encanto (Martínez, Pal) y una tercera (Tagliani) de enorme presencia escénica, cuya fuerza y popularidad trascienden su personaje y hasta le conceden aplausos a telón abierto.

"Los bonobos" se ofrece en el teatro Lola Membrives, Corrientes 1280, miércoles, jueves, sábados y domingos a las 20.30 y viernes a las 21.