El segundo ciclo de Eduardo Domínguez al frente de Colón arrancó con una victoria de visitante frente a Rosario Central por 3 a 1. Para el gran mundo futbolero este partido significa el último de la máxima categoría del fútbol argentino antes de la suspensión por la pandemia de Coronavirus. Para Colón es mucho más: cortó una racha de 25 partidos y 672 días sin ganar de visitante, sumó tres puntos por primera vez en el año y como si fuera poco espera la reanudación de la Copa Superliga fuera de la zona de descenso.
El cuerpo técnico pasa los días de cuarentena obligatoria en el Hotel de Campo de Colón, en las afueras de Santa Fe. La mayoría de los jugadores se quedaron en la ciudad en sus respectivos domicilios aunque hay algunas excepciones. La recomendación de los médicos es pasar los días de aislamiento en el lugar que mentalmente más cómodo se sienta el deportista y desde el club acompañan la idea.
Eduardo Domínguez mantiene charlas grupales e individuales con los futbolistas mediante videoconferencia. El trabajo físico está dividido en 8 grupos de 4 jugadores cada uno que armó el profe Pablo Santella. Cada grupo debe conectarse todas las mañanas y recibe por WhatsApp el trabajo diario.
Los lesionados son coordinados por el profe Fernando Kahlow de manera especial junto al cuerpo médico. En ese lote están Celis, Schmidt y Bernardi. La rutina de los arqueros Leo Burián, “Nacho” Chicco y Fabricio Hass es aparte del resto. El responsable específico es Lucas Calviño, el entrenador de arqueros.
En la conformación de los grupos y las actividades específicas para cada equipo de trabajo, Santella tuvo en cuenta el lugar donde los jugadores pasan sus días. Algunos tienen espacios amplios y otros no, por lo que los trabajos son diferenciados y marcados de acuerdo al lugar físico.
El último caso es el de Brian Fernández, quien sigue trabajando para superar sus adicciones y fue incluido entre los concentrados para el partido con Rosario Central. Brian pasa la cuarentena en el mismo lugar que el cuerpo técnico, trabaja a la mañana a la par de sus compañeros y por la tarde tiene rutinas extras y específicas de gimnasio para recuperar su mejor forma. Está bien desde lo físico y cuenta con el apoyo de un terapeuta que lo acompaña en el día a día.