Este curioso reto nació junto con la aislamiento social de muchos países, cuando se creaba un perfil a Instagram llamado Tussen Kunst & Quarantaine, que en holandés significa Entre arte y cuarentena. El objetivo de la cuenta era uno: amenizar el tiempo recreando en casa obras de arte. La primera que reproducían, y no con mucho éxito, era La joven de la perla de Vermeer.
La idea gustó tanto que el Rijksmuseum de Amsterdam se hizo eco del reto que habían impulsado, y que ya contaba con un buen puñado de fotografías compartidas, y animaba a todo el mundo que quisiera a aceptar el reto. El Rijksmuseum, sin embargo, ponía la condición de que se tenía que recrear la obra de arte en cuestión con sólo tres elementos de casa. Unos días más tarde, el mundo lo empezó a realizar. Y es que el Getty Museum de Los Ángeles tomó la idea de la principal galería holandesa y animaba a los internautas a navegar por su galería online, escoger su obra de arte preferida de su fondo y recrearla.
Imaginación (y papel higiénico)
La joven de la perla , también conocida como La Chica del Turbante o La Monalisa holandesa, es uno de los cuadros más reproducidos en este reto.
Hay otro elemento que también es común en muchas de las recreaciones y es el uso del papel higiénico como un elemento clave para conseguir el éxito en el reto a la vez que se hace un guiño a uno de los artículos en los cuales a estas alturas ya se ha convertido uno de los símbolos inequívocos del confinamiento. Así pues, hay quien utiliza los rollos para simular pelucas de los hombres de la ilustración o los utiliza para no enseñar determinadas partes del cuerpo, como los pezones, a que están censuradas en Instagram.
De Miquel Àngel a Bansky
Más allá de la curiosidad que despierta ver todas las recreaciones y de la diversión que supone preparar a una de ellas en casa, la clave de este reto es que fomenta la cultura. Y es que hay quien recrea un clásico pero hay quien antes de elegir el cuadro remueve las galerías virtuales de los principales museos del mundo, o incluso de los museos locales, para encontrar aquella pieza. Al hacerlo, se contribuye a seguir difundiendo la cultura durante el confinamiento a la vez que se encomienda la curiosidad y la pasión por el arte, especialmente a los más pequeños de la casa, que a menudo protagonizan las recreaciones de #artathomechallenge.
El reto demostró que da igual si es La Piedad de Miquel Àngel, la Gioconda , El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, un retrato de Dalí, La mujer de la raya verde de Matisse o un mural de Bansky, con imaginación y buen humor, no hay reto, ni cuarentena, que se nos resista.