Los exigentes 20 kilómetros de la zona norte del complejo, es decir la zona no remodelada del trazado original, los recorren cada día centenares de automovilistas con emociones de rodar en uno de los circuitos más populares del mundo, en busca de demostrar sus habilidades o de tener un subidón de adrenalina.
El gran negocio de Nürburgring proviene precisamente de los ingresos generados por estos millares de aficionados. Estos son vitales para mantener vivas todas las instalaciones del complejo, incluido el circuito de Gran Premio, donde estos conductores 'amateurs' no tienen derecho a rodar.
Además, las marcas de automóviles acuden al trazado para poner a punto suspensiones y frenos, comprobar las cualidades dinámicas de sus modelos. Muchas de ellas tienen, junto al trazado, unas pequeñas instalaciones o sedes donde guardar sus prototipos y efectuar mantenimiento, revisiones o pequeñas reparaciones.
En cualquier caso, no habrá carreras por el momento, ya que todas las actividades serán sin contacto entre personas.