Hoy se están cumpliendo 26 años de la muerte de Ayrton Senna, quien el 1 de mayo de 1994 sufrió un durísimo accidente durante la disputa del Gran Premio de San Marino.
La previa de aquella carrera estuvo marcada por un grave choque de Rubens Barrichello y por la muerte del austriaco Roland Ratzenberg, episodios que hicieron dudar a Senna de salir a la pista.
Durante las pruebas del viernes 29, Barrichello se golpeó muy fuerte con el Jordan 194 y estuvo seis minutos sin signos vitales tras soportar 90G de fuerza en la cabeza. Al día siguiente, durante la clasificación, Roland Ratzenberg se estrelló en su Simtek S94-Ford a más de 300 kilómetros por hora.
Preocupado por lo sucedido, Ayrton Senna mantuvo varias charlas con Sid Watkins, histórico médico de la Fórmula 1 fallecido en 2012, en las que le expresó que tenía un mal presentimiento de cara a la carrera del domingo. Watkins notó la angustia del brasileño y por eso le hizo una invitación que pudo haber cambiado todo.
"¿Por qué no te retirás? ¿Qué más necesitás? Sos tricampeón, el más rápido", comenzó diciendo el neurocirujano inglés, quien agregó: "Vamos a pescar. No corrás". A lo que el brasileño respondió: "Sid, hay algunas cosas sobre las cuales los pilotos no tenemos el control. No puedo abandonar, tengo que seguir".
Aquél domingo Senna largó en la punta, lideró a velocidad plena hasta la vuelta 5, cuando ingresó el auto de seguridad. Se reanudó en la sexta y se despistó en la séptima a 305 kilómetros por hora, en principio por la rotura de la barra de dirección. Impactó contra un paredón a 218 kilómetros por hora en la curva Tamburello y, según los informes, la barra de suspensión perforó la visera del casco para comprimir su cabeza contra la parte trasera, lo que le causó la fractura de la base del cráneo y la muerte horas más tarde, en un hospital de Bolonia.
Brasil lo vivió como una gran tragedia nacional y el automovilismo perdió a los 34 años a su máximo héroe de aquel entonces, ganador de 41 de las 161 carreras que disputó con 65 pole positions.