La nueva fase de distanciamiento social ya es oficial en la provincia de Santa Fe y otros distritos, y los rubros más postergados por sus características de funcionamiento van volviendo lentamente a la normalidad: es el caso de los característicos bares que este lunes por la mañana ya recibieron sus primeros clientes, y también los gimnasios que se preparan para funcionar bajo los nuevos parámentros de seguridad e higiene.
"Cambió radicalmente el modelo de gimnasio", dijo por "De 10", el tesorero de la Cámara de Gimnasios de Santa Fe, Ernesto Capózzolo, quien además brindó detalles del protocolo que deberán cumplir los locales para poder abrir sus puertas ya desde esta semana, luego de reacondicionar sus instalaciones y capacitar al personal.
Desde este lunes, los gimnasios están en condiciones de volver al trabajo bajo estrictas normas de higiene. Antes, deben adherir al protocolo dispuesto por la provincia o presentar su propio protocolo específico sujeto a modificaciones.
Entre los puntos principales a cumplir, se estableció que cada gimnasio deberá establecer turnos de una hora para cada cliente, pero podrán entrenar por un máximo de 45 minutos y dejando los últimos 15 para la higiene y sanitización previa al próximo asistente.
La capacidad de aforo prevista para los locales será de una persona cada 20 metros cuadrados y podrán abrir en el horario de 7 a 19 horas. No está habilitado el uso de vestuarios, duchas ni natatorios: sólo podrán utilizarse espacios comunes de entrenamiento y baños.
También hay restricciones en cuanto a la edad de asistencia: sólo podrán asistir los mayores de 16 años, y desde los 60 años podrán entrenar sólo bajo recomendación médica.
Además, se dispondrá alcohol en gel a la entrada para cada cliente y un lugar para la desinfección del calzado, pero cada persona deberá llevar sus propios elementos: toallas, botellas térmicas para la hidratación, etc.
El uso del tapabocas será obligatorio para ingresar a los gimnasios pero no durante la actividad física. De hecho, está contraindicado su uso en las actividades que requieren mayor esfuerzo.
Capózzolo remarcó que si bien estos puntos limitan las posibilidades de funcionamiento, se trata de un comienzo para frenar el cierre de los locales del rubro, ya que un relevamiento indicó que son ocho los gimnasios que fueron desmantelados durante estos tres meses de aislamiento obligatorio: "Si se prolongaba en el tiempo, cada semana iban a cerrar uno o dos locales más".
Finalmente, informó que desde la Cámara pedirán que se pueda extender el horario de cierre hasta las 20 o 21 horas, ya que "históricamente, la gente va al gimnasio después de trabajar, a partir de las 18 o 19", y esto colaboraría a disminuir la circulación de la gente no sólo dentro de los locales sino en toda la ciudad.