Face App se volvió furor en el mundo por su función que permite cambiar el género de las personas. Sin embargo, la aplicación no es nueva. De hecho, el año pasado tuvo su pico de fama después de que salieran a la luz una serie de fotos de famosos en versión adultos mayores.
Pese a que a todos nos da un poquito de curiosidad ver cómo seríamos del sexo opuesto, los expertos en seguridad informática están alertando sobre determinados aspectos que no deberíamos dejar pasar.
La app fue creada por desarrolladores rusos quienes explican que por medio de inteligencia artificial (IA) –conocida como red neuronal– logran escanear rostros y hacerlos más jóvenes, más grandes, de otro sexo o más atractivos (de acuerdo a estereotipos arbitrarios de belleza).
Según Yaroslav Goncharov, su fundador, la aplicación utiliza estas “redes neuronales para modificar una cara en cualquier foto mientras mantiene el realismo fotográfico”.
El primer alerta de los expertos tiene que ver con la privacidad. Pero también hay polémicas en torno al racismo y la discriminación.
En relación al primer punto, hay dudas con qué ocurre con todos los datos que el usuario le deja a la empresa, ya que la política de privacidad de la app deja un amplio margen de maniobra. Y, claro, casi nadie la lee.
Stilgherrian, un conocido divulgador de noticias sobre tecnología en Twitter, explicó que “esta es una política de privacidad bastante estándar, que efectivamente no ofrece ninguna protección en absoluto”.
“Todo el modelo de negocio que prolifera como startup está recogiendo cantidades masivas de datos personales sin tener todavía ninguna idea de cómo podrían ser utilizados en el futuro. Mientras tanto, los jugadores de ‘startup-land’ sólo miran hacia adelante en cuanto a su participación, o son comprados por Facebook, Google o quien sea”, amplió.
Por su parte, el abogado Michael Bradley, de Marque Lawyers, hizo hincapié en que hay que tener cuidado con los servicios gratuitos en el mundo de la tecnología. “Cualquiera que haya puesto su cara on line junto con su nombre y otros datos de identificación (por ejemplo, cualquier persona con un perfil en medios sociales o un perfil en un sitio web), ya es muy vulnerable de ser capturado digitalmente para futuros usos de reconocimiento facial”, le dijo el letrado al sitio australiano ABC.
Entre las cláusulas que el usuario acepta para poder utilizar Face App figura una que dice que si la aplicación vende su negocio, los datos de los usuarios van para el comprador.
“El reconocimiento facial se está convirtiendo rápidamente en uno de los elementos clave de la identidad digital y, por lo tanto, las personas deberían considerar la posibilidad de proteger su imagen facial de la misma manera que deberían proteger otros elementos de su identidad, como su fecha de nacimiento, número de contribuyente y demás”, advirtió David Vaile, presidente de la Fundación Australiana de Privacidad.
¿Una app racista?
Pero, como adelantamos, la privacidad no es el único problema de Face App. La aplicación también fue muy cuestionada por ofrecer como “más atractivos” los tonos de piel más claros.
Su filtro más promocionado, conocido como “sparkle”, blanqueaba la piel de las personas con el objetivo de “hacerlas más atractivas”. La polémica fue tal que los responsables de la app tuvieron que salir a pedir disculpas públicas.