En caso de incumplir el confinamiento, los infractores se enfrentarán a multas de 15.000 euros y a estancias en la cárcel. Los extracomunitarios y británicos también tendrán prohibido usar el transporte público y pedir un taxi, así como acudir a un restaurante.
La Fórmula 1 ya ha dejado claro que acatará estas condiciones. En un documento distribuido hoy a los equipos, los responsables del deporte han dicho que "para demostrar la voluntad de todas las partes de respetar las medidas que ha establecido el gobierno de Hungría para la celebración del evento, y para evitar cualquier malentendido con la comunidad local, se recomienda encarecidamente a todas las partes que se adhieran a las restricciones".
Uno de los pilotos afectados será el inglés Lando Norris, aunque él mismo ha señalado que no será difícil cumplir las condiciones. "No he indagado demasiado, pero nosotros estamos en el circuito o en el hotel. Yo estoy muy a gusto con el servicio de habitaciones y con Netflix", ha comentado esta tarde después de la clasificación.
También se ha pronunciado su jefe, Andreas Seidl. "Para ser honesto, no creo que sea un problema. Nosotros necesitamos que haya una norma clara para todo el equipo. En Budapest sólo visitaremos dos sitios: el hotel y el circuito. Es importante que protejamos a nuestra gente y haremos lo que haga falta".