El galés salió de la increíble y dramática última jornada del Rallye de Turquía con una ventaja de 18 puntos en la clasificación de pilotos sobre su compañero en el Toyota Gazoo Racing, Sébastien Ogier, a falta de dos pruebas para el final en Italia y Bélgica.
Evans ha dejado claro que su estrategia es ir rallye a rallye y continúa despejando dudas sobre un posible primer título tras su segunda victoria de la temporada en la Costa Turquesa.
"No lo he pensado mucho", comenta. "¿Quién sabe qué pasará de ahora a final de temporada? Sabemos que, en última instancia, un abandono puede dar la vuelta a la situación. Tenemos que mantener la cabeza fría para los próximos rallyes".
Evans se puso en cabeza en la primera pasada del domingo por la mañana por el rompedor tramo de Çetibeli. Saltó del cuarto al primer puesto tras disputar una notable especial de 38,15 km, cuando los pinchazos retrasaron al líder Thierry Neuville, Sébastien Loeb en el segundo y el tercero de Ogier.
Luego controló su ritmo de los tres últimos tramos, sobreviviendo a un susto por un pinchazo en la segunda pasada por Çetibeli.
"Cerca de la salida, noté unos cuantos golpes en la parte trasera. Sentí enseguida que en bastantes curvas el coche se deslizaba por detrás y le dije a Scotty [copiloto Scott Martin] que parecía bastante claro. Obviamente, seguí adelante y resultó que no pasaba nada. Todo estaba bien al final", explica Evans.
"La primera pasada por el tramo largo fue muy difícil", añade Evans. "Todo el mundo tenía polvo al principio y Kalle [Rovanperä] llevaba un pinchazo y salía delante de nosotros. La distancia era de sólo dos minutos, así que estuve constantemente en su polvo hasta el final.
"Fue bastante difícil entrar y salir del polvo, sin parar, con tantas curvas y golpes por todas partes. Fue bastante estresante, pero me alegro de que lo lográramos en esas condiciones."