El nombre de Diego Armando Maradona cotiza como pocos en la historia y eso también se refleja en los negocios. No cualquiera puede usarlo o hacer una referencia a él para sus emprendimientos o productos, al menos no sin atenerse a multimillonarias consecuencias.
El derecho exclusivo de propiedad sobre una marca se registra en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial y, a partir de allí, el poder de comercializar esa marca vendiéndola a terceros y sacando rédito cada vez que se utilice su nombre con fines comerciales.
Acerca de Maradona, el INPI tiene 63 registros, de los cuales 4 corresponden a personas con el mismo apellido que el Diez y las otras 59 a la empresa Sattvica S.A., con domicilio en Puerto Madero. ¿De quién es esta empresa? De Matías Edgardo Morla, el polémico último abogado del Diego. Además, su vicepresidente es Christian Pomargo, una de las personas que estaba en la casa cuando Maradona falleció.
La empresa marca como objetivo “adquirir, poseer, solicitar, obtener, comprar, ceder, transferir, licenciar, franquiciar, otorgar licencias de uso, registrar y adquirir marcas, o en cualquier otra forma disponer de marcas, avisos y nombres comerciales, derechos de autor, patentes de invención y procesos, modelos y diseños industriales, modelos de unidad, know-how, nombres de dominio en internet y demás activos intangibles relaciones con la propiedad intelectual e industrial, así como licencias sobre ellos”.
Entre las utilidades de la marca “Maradona”, obtenida en 2015, incluye botines y botas de fútbol, camisetas deportivas, camisas de polo, medias y pantalones deportivos, productos para el béisbol, sombrerería, bañador, trajes de baño e incluso derechos para películas, publicidades y servicios promocionales.
Después de muerto, Diego Maradona seguirá generando suntuosos ingresos y esto abre una importante disputa con sus herederos naturales y demás personas de su entorno.