Trabajar varias horas seguidas delante de una computadora, además de abusar de otros dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles, afecta los ojos. La luz azul que desprenden inducen a problemas de salud visual, de sueño e incluso depresión.
Saber cómo reducir el tiempo que pasamos ante las pantallas se ha convertido en algo necesario para evitar que la salud se resienta. Algunos síntomas son los ojos enrojecidos, fatiga ocular, escozor, visión borrosa y dolor de cabeza.
Añadido a esto, la continua exposición a la luz de la pantalla influye en el ciclo circadiano, traducido en dificultades para dormir y, de forma indirecta, depresión y otros problemas del estado anímico.
De ser posible, estos son algunos cambios que podemos aplicar y nuevos hábitos diarios que ayuden a tener una relación más sana con las nuevas tecnologías.
1. No usar pantallas una hora antes de irse a dormir
Su luz afecta negativamente los ciclos circadianos. Si bien lo ideal es no haber usado una pantalla en las dos horas antes de acostarnos (se aplica también a la televisión), en la práctica esto es más complicado, así que debemos proponernos como mínimo no usarlas en la hora antes de irse a dormir.
Estas emiten luz azul, sobre todo los móviles, y suprimen los niveles de melatonina, la hormona que controla los ciclos del sueño. Como resultado puede que tardemos más en quedarnos dormidos, el sueño sea peor y no rindamos adecuadamente al día siguiente, además de correr el riesgo de sufrir sintomatología depresiva.
2. Establecer una hora de descanso de pantallas
Durante el día debemos establecer momentos en los que no se podrán usar dispositivos electrónicos, especialmente si son horas que sabemos que es muy poco probable que recibamos una notificación de trabajo o estudio. Son esos momentos en los que no tenemos obligaciones que podemos usarlos para liberarnos de la gran presencia que tienen las nuevas tecnologías en nuestras vidas.
Por ejemplo, podemos hacerlo durante las comidas, comprometiéndonos con no usar para nada el móvil ni ver la tele. Para que esto funcione, extenderlo a otros momentos del día que no requieren la presencia de pantallas. Si vamos al baño o al supermercado a hacer la compra, evitar usarlo en estas situaciones.
3. Poner alertas para los correos
Si estamos pendientes de que nos llegue un correo del trabajo, es posible que estemos consultándolo cada dos por tres para ver si ha llegado. El problema de hacerlo es que corremos el riesgo de que nos entretengamos entrando a aplicaciones no tan laborales como las redes sociales o videojuegos. Para evitarlo, una forma es poner alertas que avisen de cuándo nos llegó un correo y dejar el móvil fuera de nuestra vista.
4. Cambiar la configuración del teléfono
Cambiar los colores de la pantalla a modo escala de grises hace que las aplicaciones no nos sean tan atractivas.
Otra forma es activar la función del límite de tiempo frente a la pantalla o, en caso de que el móvil no la tenga, descargarse alguna aplicación con esta funcionalidad. Cada vez que superemos el tiempo establecido nos aparecerá un aviso o puede hasta ocurrir que no nos deje usarlo por un rato.
Agrupar las aplicaciones de redes sociales en una carpeta que no aparezca en la pantalla de inicio, es decir, que estén un poco más escondidas, es otra opción.
5. Imprimir los documentos
Sean apuntes de clase o informes laborales. El tener los documentos impresos nos permitirá apagar un momento el ordenador y consultar los textos en cualquier parte de la casa o en una biblioteca, haciendo que los ojos descansen de la luz azul de la pantalla.
Es cierto que esto implica un gasto económico y consumo de papel pero, si son documentos importantes, usar esta estrategia vale la pena.
6. Descansar cada 60 minutos
En la medida que el trabajo o clases nos lo permitan, deberemos hacer un pequeño descanso ocular cada 60 minutos. Para ello, podemos dar un paseo rápido por dentro de la casa o en la calle, de no más de 5 minutos para poder seguir con nuestras obligaciones. También ir al baño a lavarnos la cara e hidratar un poco los ojos.