Los medicamentos requieren de un mantenimiento adecuado para garantizar sus propiedades. Es por eso que existen instrucciones fundamentales que deben seguirse para lograr una utilización óptima de las medicinas.
- Antes que nada, es fundamental leer atentamente el prospecto de cada medicamento, los cuales se encuentran en la caja o dentro de ella. Allí encontrarán instrucciones sobre las dosis a consumir y las condiciones de conservación. Guardá los prospectos en las cajas después de leerlos.
- Mantené los medicamentos en los envases originales, ya sean blíster, frascos, goteros, cajas, en vez de extraerlos y ponerlos en pastilleros o similares. Por supuesto, en el caso de los adultos mayores que requieran medicación y les cueste recordar la toma de medicamentos o abrir los envases, se puede hacer una excepción y utilizar envases especiales. Asegurate de identificar bien los medicamentos que extraés de las cajas y solo hacelo con las dosis que consumirás o aplicarás en una semana.
- Solo usá medicamentos con prescripción médica.
- Siempre debés tener un botiquín para guardar los medicamentos, preferiblemente bajo llave. Este debe almacenarse en un lugar limpio, seco y fresco, lejos de fuentes de humedad, calor, luz natural o artificial. Descartá valijas, bolsas, mochilas, el auto o cualquier espacio con alta concentración de calor.
- Es fundamental evitar guardar los medicamentos en la cocina o el baño porque estos no son lugares adecuados para su conservación. Se trata de dos espacios en los que a lo largo del día se producen cambios bruscos de temperatura que pueden dañar los medicamentos y volverlos ineficaces o tóxicos.
- Para asegurar el buen estado de los medicamentos, mantenelos a una temperatura que no supere los 25º y que no sea inferior a 15º. Además, los medicamentos no deben quedar expuestos, en ningún caso, a la luz directa del sol.
- Algunos productos como el caso de la insulina, las vacunas, colirios y ciertos antibióticos preparados se deben conservar en la heladera, no en el freezer. En lo posible, no los cuelgues en la puerta.
-Mantené los medicamentos fuera del alcance de los niños. De esta manera, evitarás que los pequeños corran el riesgo de sufrir una intoxicación y pongan en peligro su salud.
- Controlá exhaustivamente y con regularidad los medicamentos que guardás en tu casa. Revisá de manera constante el botiquín y deshacete de los que están vencidos, que hayan cambiado de color, olor, consistencia, es decir, de aquellos que se encuentren en mal estado. Los medicamentos caducados pueden causar problemas graves de salud como intoxicaciones o envenenamientos severos. Si el aspecto externo del medicamento se modifica, por ejemplo se ha congelado o derretido, nunca lo utilices.
El problema del verano
Los medicamentos son más sensibles a echarse a perder en verano. En épocas estivales, una pérdida excesiva de agua y sales minerales (deshidratación) reduce la eliminación de los medicamentos y aumenta sus efectos. También el sol y las altas temperaturas pueden afectar su calidad, al descomponerse y perder sus beneficios terapéuticos, además de convertirse en sustancias tóxicas para el consumidor. Entre los fármacos más sensibles a las altas temperaturas están las cremas, supositorios, insulina, óvulos, vacunas, nitroglicerina y preparados farmacéuticos magistrales, entre otros.