La reconocida y talentosa cantante y compositora argentina Roxana Amed presentará oficialmente en un concierto que se podrá ver en YouTube este viernes a las 21 su nuevo trabajo "Ontology", al que describió como "el resultado de una búsqueda profunda en mi esencia musical argentina y en el lenguaje del jazz de Estados Unidos", donde está radicada desde el 2013.
En su octavo disco este cruce particular no está solo ligado a un objetivo musical o técnico, sino que se trata de "una forma de reconocerme e integrarme al mundo", contó desde Miami a Télam la vocalista que se caracteriza por su solvencia como intérprete y compositora y recorrer un camino donde los desafíos son el motor que la empuja a seguir creciendo y a asumir nuevos riesgos.
Télam:¿Sentís que este disco refleja tu identidad?
Roxana Amed: Fue el objetivo. Además de hacer un repertorio que fuera un desafío y que me emocionara. El ensamble de músicos estadounidenses me ofreció un entono musical más cercano al jazz. Quise conservar el castellano como uno de los manifiestos de mi identidad también.
T: En estas canciones se escucha una fusión donde están presentes las músicas de ambos países, pero sin forzarlo. ¿Cómo fue el proceso para alcanzar esta madurez?
RA: Llevó tiempo pero fue espontáneo. Las canciones te rondan, mientras estudiás, mientras escuchás música, y algunas se quedan pegadas en la voz, en las manos de los que tocan. En el proceso de escribir nos encontramos con los otros autores, y en el momento de elegir obras que no fueran nuestras, elegí respetando el balance de raíces, y tratando de incluir aquello que podía honrar con nuestra interpretación.
T; Si bien la base está en el jazz, también aparecen aires de chacarera en la "Chacarera para la mano izquierda", de la música porteña en el tema que da nombre al disco y "Milonga por la ausencia" y del jazz rock en "Amor", entre otros, cada tema tiene su sello propio. El disco tiene como hilo conductor tu voz y un sonido homogéneo. ¿Cómo fue la experiencia de aunar este repertorio tan ecléctico y cantado en dos idiomas?
RA: Fue un desafío. Pero lo hice en todos los discos, excepto en "Inocencia" (2011) que fue un tributo al folclore argentino. Como productora, siempre defendí ese concepto porque no quise privarme de hacer convivir dos géneros. Cantar en dos idiomas, además de generar un desafío para el oyente, le exige al intérprete -al menos a mí- una serie de ajustes tímbricos, técnicos para complacer las reglas de cada idioma y su ritmo verbal.
T: ¿Cómo fuiste armando este disco tan personal? ¿Cómo fue el trabajo junto al quinteto?
RA: Fue una combinación de "técnicas de producción": elegir música que tocábamos en conciertos y algunas de esas obras se nos fueron quedando, elegir música que representara mis tradiciones, elegir música por que sí, por amarla (como "Virgo" de Wayne Shorter) y después depositarla en las manos indicadas. Creo que ese fue el principal logro como productora, haber elegido con quiénes hacer esta música. Algunas canciones las tocamos durante años, otras ni siquiera las ensayamos, las grabamos directamente como la "Milonga" o "Amor".
T; ¿Sentís el reconocimiento en Argentina y Estados Unidos?
RA: El reconocimiento para músicos como yo es a veces esquivo, a veces desbordado, a veces cauteloso, aunque me siento cómoda con el lugar que he conseguido con los años. Tengo en Argentina un público mayor y brillante, sensible, atento, creativo. Mi audiencia en Estados Unidos es pequeña todavía, es un país tan grande y diverso, y esta es música "personal" no es fácil de clasificar. Los músicos siempre me han dado apoyo y respeto, y el público de Miami y sobre todo el de Nueva York me ha hecho hermosas devoluciones.
T: La voz se escucha en total plenitud.
RA: Creo que es el momento de desempeño vocal más completo, tal vez tiene que ver con que como productora o compositora estoy cada vez más cómoda. Confío en mi voz, ella sabe de mi ontología, de mi esencia a veces mejor que mi cabeza. Y voy por eso, más y mejor música cada vez.