China ya empezó a hablar del 6G y de sus intenciones de tenerlo preparado para finales de la presente década. Corea del Sur fue más allá asegurando que llevaría a cabo el primer proyecto piloto 6G en 2026 y Huawei prometió poner en órbita este mismo mes de julio dos satélites para comenzar con las pruebas preliminares del 6G.
Pero, ¿qué es realmente el 6G? ¿Qué ventajas aportará sobre ese 5G que está empezando a desplegarse ahora? ¿Cuándo se conectarán nuestros móviles a la sexta generación de redes?
El 6G, como su nombre indica, es la sexta generación de la conectividad móvil. Del mismo modo que el 4G sucedió al 3G y el 5G al 4G, el 6G llegará para reemplazar el 5G con una mayor velocidad y una latencia aún menor.
Al igual que el 5G, uno de los objetivos del 6G es reducir aún más la latencia en las conexiones y aumentar notablemente la velocidad de transmisión. Aún no se ha definido el estándar del 6G y se desconocen las bandas de espectro que se utilizarán para la transmisión de datos, pero se estima que su comercialización será en 2030 y que los primeros casos de uso reales en esta red podrían llegar entre 2026 y 2028.
El 6G traerá ventajas en diferentes sectores de la industria y la economía, como la medicina y la automoción. A falta de conocer cuáles serán sus aplicaciones definitivas, se habla ya de varios campos que serán potenciados con esta nueva generación de redes: la realidad extendida, incluyendo las comunicaciones holográficas; la inteligencia artificial, automatizada e interconectada; y la eficiencia energética, que se situará en niveles de consumo ultra bajos.
Corea del Sur ha sido uno de los primeros países en hablar de las ventajas que traerá consigo el 6G. La intención del país asiático es que las primeras instalaciones ya sean capaces de alcanzar velocidades cinco veces superiores al máximo teórico del 5G, reduciendo la latencia a la décima parte, es decir, a 0,1 milisegundos. Eso generará transmisiones prácticamente en tiempo real, muy necesarias en sectores como la medicina o o el automóvil.