Los bomberos luchan en Grecia contra los incendios focalizados en Eubea, por séptimo día consecutivo. La mencionada ciudad se halla distante a 200 kilómetros al este de Atenas. En el trayecto, un pueblo tras otro resultó asediado por las llamas, consigna la información internacional.
La mayoría de los incendios estaban estabilizados o remitían este lunes, pero el siniestro de Eubea, la segunda mayor isla del país, seguía siendo preocupante y ofrecía un panorama apocalíptico, según indica un medio europeo. Espesas y asfixiantes humaredas envolvían el lunes por la mañana la zona costera de Pefki, donde un centenar de residentes fueron evacuados por mar y otros reagrupados en la mañana, según constató un equipo de la Agence France Presse.
Allí, los lugareños más jóvenes acompañaban a sus vecinos más mayores hasta la arena de la playa, desde donde tomaron un ferry para ser evacuados. El viceministro griego de Protección Civil Nikos Hardalias había anunciado el domingo "otra noche difícil" en la isla de Eubea, asolada por el fuego desde hace siete días.
A falta de medios aéreos, los bomberos lucharon durante toda la noche y hasta el alba en Monokarya para impedir que el fuego llegara a la ciudad de Istiaia, según la agencia griega de prensa ANA. Uno a uno, decenas de pueblos fueron desalojados a medida que las llamas engullían sus casas. Los municipios de Kamatriades y Galatsades figuraban entre las prioridades de los bomberos este lunes.
Entre los 650 bomberos desplegados en la isla figuran unos 200 llegados de Ucrania y Rumanía, reforzados por 11 aviones y helicópteros contra incendios, indicó la protección civil. Los medios aéreos experimentaban "serias dificultades" en su labor debido a las turbulencias, el humo espeso y la visibilidad limitada, dijo el domingo Hardalias.
Como muchos otros, el vicegobernador de Eubea, Giorgos Kelaïtzidis, advirtió el domingo que los medios eran "insuficientes" y "la situación era crítica" en la isla. Según él, al menos 35.000 hectáreas y cientos de casas ardieron por los incendios.
Grecia y Turquía, dos países vecinos azotados por la peor ola de calor en décadas, llevan ahora casi dos semanas luchando contra los incendios. Los expertos han relacionado las altas temperaturas con el cambio climático. A las puertas de Atenas, el incendio que destruyó decenas de viviendas había perdido intensidad, según los bomberos griegos. Pero "el riesgo de reactivación es elevado", advirtió Hardalias.
Numerosos medios terrestres seguían desplegados a pies del cercano monte Parnés, particularmente unidades enviadas de Israel, Chipre o Francia para socorrer a los bomberos griegos. Otro incendio en Creta quedó bajo control y la situación también remitía en el Peloponeso, donde todavía hay 300 bomberos movilizados, según las autoridades.
Hasta la fecha, dos personas han muerto en Grecia y ocho en Turquía, y decenas han tenido que ser hospitalizadas, contabilizaba este lunes el sitio France24.com Las llamas han arrasado más de 56.000 hectáreas en los últimos diez días en Grecia, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Y unas 1.700 hectáreas ardieron, en promedio, en el mismo periodo entre 2008 y 2020.
Para Eleni Drakoulakou, la vicealcaldesa de Mani Oriental, un municipio del Peloponeso, lo que está sucediendo se parece mucho a "una catástrofe bíblica", según citaba el domingo la AP.